30.6.10
la sombra del velo
Hubo un tiempo en el que la televisión daba miedo. Ofrecían producciones como 'Historias para no dormir' a un país que vivía en el letargo de la dictadura, la seguridad a toda costa y la homogeneidad de la población. A mediados de los sesenta, la cadena única alimentó la adrenalina de la audiencia durante trece semanas por culpa de un personaje enmascarado y envuelto en velos. Era un clásico francés del genero, 'Belfegor'. Ahora ya estamos curados de espanto ante casi todo, y lo único que puede darnos algún susto es la realidad. El sobresalto ante los datos económicos, las tragedias inesperadas o el miedo ante lo desconocido. Estamos en pleno debate sobre el velo y el 'burka', que a los ojos de los occidentales apunta más hacia las cuestiones de seguridad que a los principios de defensa religiosa o liberación de la mujer. Las chilabas y los velos siempre han impuesto respeto a este lado del Estrecho. Corre tan deprisa la historia, que pocos recordarán que el velo era reglamentario para entrar en la iglesia. Primero largo y tupido, y en los setenta convertido en tocado de malla prendido con alfiler. Un negro pañolón tocaba las cabezas de todas las abuelas, homogeneizando aquella España en blanco y negro. El franquismo no daba tregua y prohibía incluso el carnaval, la semana de excepción para usar mascaras. Y luego, llegó 'el destape'&hellip Liberalizada nuestra vida interior, la ciudadanía ha vuelto a coger miedo a las caras que se ocultan tras los velos. El diccionario está lleno de frases hechas que demuestran que al español le gusta mirar de frente, poner cara y ojos, tener cara, ser descarado&hellip Los velos nos devuelven el miedo al pasado triste y gris que vivimos, y ahora el temor ante los desconocidos. No estamos ya en el debate sobre el derecho de las mujeres a ver y ser vistas, más bien el del miedo ante los tapados y sus supuestas intenciones. La nueva serie de misterio y terror viene por entregas en cada telediario con las cifras del desempleo y el miedo a los extraños que se cubren el rostro. Paro y terror. Vuelve el síndrome 'Belfegor'.
23.6.10
EL GATO MONSIVAIS
“No te acerques por su casa, porque no podrás soportar el hedor a gato”. El consejo de mis amigos mejicanos me hizo desistir de la visita al altar mayor de la heterodoxa intelectualidad del país, y terminamos charlando en un higiénico salón de hotel. Unos ojos chispeantes y una honda voz acompañaban los relatos de Carlos Monsivais sobre una cultura explosiva. Dardo en la palabra y memoria de elefante, el rey de la jauría desgranaba historias como si fuera el autor del mundo enciclopédico de los sueños de altura en México.
Abordamos aquella tarde la figura clave del desarrollo surrealista en América, la británica Leonora Carrington, y Monsivais recordó cuando se colgó la sotana para tomarle confesión en la película “Un alma pura” de Juan Ibáñez, con guión de Carlos Fuentes. Al rato de despedirnos, aparecía en el noticiario televisivo de la noche impartiendo doctrina. Así estuvo siempre , en medio de todas las salsas, ejerciendo de intelectual activo y comprometido. Por eso, las palabras que le dedicaba a Leonora, me sonaron a un trasunto de su propia personalidad: “Lo que le he visto todo el tiempo es un interés por no perder el sentido común, el sentido crítico y la distancia que la separa de esa realidad en donde el arte no tiene nada que hacer. Ahí es donde se ha ido dando ese fenómeno extraño que es el de una mujer que no ha perdido nunca el estilo, que no ha perdido nunca el deseo de trabajar artísticamente y que no tiene ideas preconcebidas sobre de sí misma que la cerquen o que la encierren.”
Voz de la modernidad y de los oprimidos, Monsivais era un hombre de libros pero que estaba en la vida y en los medios apostando siempre por las mas difíciles causas. Hace unos meses Eulalia Gubern me adelantaba la noticia de la desdicha del rey de los gatos adoptados, que había sucumbido ante ellos. “No hay una aspiradora que le saque el pelo felino de sus pulmones”. De apariencia suave y letras como zarpas, Monsivais se ha trasmutado al fin en esfinge de la verdadera cultura mexicana. El gato Monsi ha marcado un amplio territorio difícil de llenar.
Abordamos aquella tarde la figura clave del desarrollo surrealista en América, la británica Leonora Carrington, y Monsivais recordó cuando se colgó la sotana para tomarle confesión en la película “Un alma pura” de Juan Ibáñez, con guión de Carlos Fuentes. Al rato de despedirnos, aparecía en el noticiario televisivo de la noche impartiendo doctrina. Así estuvo siempre , en medio de todas las salsas, ejerciendo de intelectual activo y comprometido. Por eso, las palabras que le dedicaba a Leonora, me sonaron a un trasunto de su propia personalidad: “Lo que le he visto todo el tiempo es un interés por no perder el sentido común, el sentido crítico y la distancia que la separa de esa realidad en donde el arte no tiene nada que hacer. Ahí es donde se ha ido dando ese fenómeno extraño que es el de una mujer que no ha perdido nunca el estilo, que no ha perdido nunca el deseo de trabajar artísticamente y que no tiene ideas preconcebidas sobre de sí misma que la cerquen o que la encierren.”
Voz de la modernidad y de los oprimidos, Monsivais era un hombre de libros pero que estaba en la vida y en los medios apostando siempre por las mas difíciles causas. Hace unos meses Eulalia Gubern me adelantaba la noticia de la desdicha del rey de los gatos adoptados, que había sucumbido ante ellos. “No hay una aspiradora que le saque el pelo felino de sus pulmones”. De apariencia suave y letras como zarpas, Monsivais se ha trasmutado al fin en esfinge de la verdadera cultura mexicana. El gato Monsi ha marcado un amplio territorio difícil de llenar.
19.6.10
MONSIVAIS Y CARRINGTON
Recuerdo de Carlos Consivais, de la entrevista que mantuvimos hace pocos mas de dos años en Mexico DF, para recordar sus andanzas cinematograficas con Leonora Carrington....protagonistas de pelicula, pero sobre todo del empujon a la vida artistica y cultural mexicana durante tantos años.
"En el año 1965, hay un concurso de cine experimental -- porque se supone que el cine mexicano está moribundo y que hay que revivirlo --y se hace el concurso de cine . No lo revive, pero es la oportunidad de intentos culturales que a esta distancia se ven más bien pavorosos,pero que en ese momento entusiasman, y Carlos Fuentes que era –y que sigue siendo - un animador cultural , extraordinario, hizo el guión para una película, un medio metraje que se llama “Un alma pura” y que dirigió Juan Ibañez y entonces me pidieron que yo fuera el cura confesor que le tocaba oír en secreto de confesión a Leonora Carrington y a una modelo, Arabel Arbez, hija de Jacobo Arbez el que fue presidente de Guatemala , y yo las absolvía debidamente. El camarógrafo era Gabriel Figueroa , absolutamente extraordinario, y la película se iba después por unos vericuetos salvajes , un cocktail en Nueva York con Norman Mailer, cosas de ese tipo. Pero el momento de ver a Leonora toda humilde y piadosa confesándome sus pecados, me sigue pareciendo muy divertido "
"En el año 1965, hay un concurso de cine experimental -- porque se supone que el cine mexicano está moribundo y que hay que revivirlo --y se hace el concurso de cine . No lo revive, pero es la oportunidad de intentos culturales que a esta distancia se ven más bien pavorosos,pero que en ese momento entusiasman, y Carlos Fuentes que era –y que sigue siendo - un animador cultural , extraordinario, hizo el guión para una película, un medio metraje que se llama “Un alma pura” y que dirigió Juan Ibañez y entonces me pidieron que yo fuera el cura confesor que le tocaba oír en secreto de confesión a Leonora Carrington y a una modelo, Arabel Arbez, hija de Jacobo Arbez el que fue presidente de Guatemala , y yo las absolvía debidamente. El camarógrafo era Gabriel Figueroa , absolutamente extraordinario, y la película se iba después por unos vericuetos salvajes , un cocktail en Nueva York con Norman Mailer, cosas de ese tipo. Pero el momento de ver a Leonora toda humilde y piadosa confesándome sus pecados, me sigue pareciendo muy divertido "
15.6.10
REY GOL. Elogio del juego
Huelga decir que no hay perversión, ni contubernio para sostener la denuncia de que el Mundial sirve para tapar nuestra propia crisis. Quizá muy al contrario. Es esta crisis la que tapa o empaña lo crucial; ver al mundo en juego. Si algo nos destaca en el reino animal es nuestra capacidad para hacer poesía de la vida y empezar a jugar. Tan industriosos como hemos resultado como especie, además sabemos parar, celebrar, narrar, simbolizar y peraltar la realidad. Además, mientras jugamos, no nos matamos. Hemos pasado de guerreros de territorio a ser parte de un glorioso espectáculo, gracias a dejarnos llevar por el juego. Bendita humanidad que supo apropiarse del símbolo de los cielos, convertirlo en balón y hacerlo rey gol para poder estar juntos y emocionarnos con un enfrentamiento entre dos equipos, por mero juego. Sin duda habrá alguna entrada asesina en el campo y habrá hinchas ebrios que montarán un número extemporáneo. Pero sin juego, los males serían mayores. ¿Tendremos estadísticas post mundial de si han remitidos las bajas en todas las guerras en marcha?.
Nos perturba la crisis al agobiarnos por pensar en el tiempo que perdemos viendo el Mundial, o por tener que ahorrarnos obligadamente el viaje a Sudáfrica, cuando deberíamos entregarnos a ser parte del juego universal. No es como antaño, cuando la tele pública nos convidaba al Mundial, gratis total. Ahora que todo es el Mundial, resulta que está poco accesible en la pantalla. Buscas de cadena en cadena y brilla por su ausencia, mas allá de la enésima marca que se asociada en spots a la Roja. Muchos anuncios, pero un solo partido al día en abierto. Suben los impuestos, pero nos regatean la visión de las grandes fiestas del planeta que juega. Cuando llegaba el momento de jugar y olvidarlo todo, nos recortan la mirada. Así, la crisis termina lanzando un vaho helador sobre lo mas preciado de la humanidad: jugar, ver jugar, ser parte del juego mundial, sin limitaciones ni complejos. Será que jugar es lo que de verdad nos hace hombres y felices.
14.6.10
11.6.10
TIRO AL HUMO
El liviano concepto de la adivinanza infantil— alto, alto como un pino, pesa menos que un comino -dejaba claro en aquel entonces el relajado desinterés existente por uno de los claros signos que delataban al tabaco. Mero humo. Poca cosa. Sin peso aparente, pero con una gran carga emotiva, sobre todo al ser lanzado con gusto entre los labios para llenar la pantalla de cinemascope. “A las hermosas va el humo”, decía mi padre, cuando ellas se quejaban de que cegaba sus ojos. También aparecía el tabaco trasmutado simbólicamente en la virilidad de los hombres de Marlboro, campeones del Oeste. Enganchado a una pipita, el cigarrillo ha atrezzado a muchas damas del cine. Y ha sido un recurso fácil, tanto en pantalla, como en la vida real, para darle el giro a una situación.
Todo fue liviano y bonito, pero corren ahora malos tiempos para el tabaco, puesto en boca de todas las tertulias radiadas y televisivas en vísperas de la nueva prohibición. Los argumentos sobre la salud y el gasto sanitario que conlleva son contundentes en su contra. El prohibicionismo tiene razones de peso y avanza sin cesar. Incluso a costa de inmiscuirse en las libertas del individuo. Los fotogramas con humo de tabaco en la escena son reliquias nostálgicas. Lo mas trasgresor no es salir desnudo o con barretina en Eurovisión. Lo seria ver a un entrevistado fumando en antena. Del cierre de locales a la detención de provocadores fumadores solo mediará un tiempo. Recuerdos de la Ley seca. Por que no dejar libertad a quienes regentan locales privados y a quienes los visitan para beber, comer o fumar?. Los gobiernos se hacen la foto a base de nuevas leyes, casi siempre arrebatándonos un cachito mas de libertad. Hoy por Irak, mañana por fumar. El gran iconoclasta Buñuel rodó en La Edad de Oro una secuencia en la que un niño da un palmetazo a un cazador en pleno acto de liarse el cigarro. Cuando el niño reía su trastada, un buñuelismo hiela al espectador. El hombre lo dispara a bocajarro. Malditos malos humos. Nos van a dejar sin fumar. Los tiros vienen ahora del lado contrario.
8.6.10
GOODBYE, HELEN
PRIMERA FILA
(Recuerdo de Helen Thomas)
Que la veteranía es un grado era un concepto poco discutido hasta que el poder empezó a ser asaltado por esa nueva casta de los políticos sin pasado. Pocas cosas les resultan tan incomodas a los nuevos poderosos como que les lean la cartilla los viejos periodistas. Hace justo treinta años, entré por primera vez en la abigarrada sala de prensa de los bajos de la Casa Blanca. No pude reprimir la curiosidad por saber quien era aquella señora ya enjuta que ocupaba la primera silla en la primera fila y que pregunta en primer lugar. Quien va a ser!. Helem Thomas, la decana de la agencia UPI y la primera mujer en entrar en ese selecto grupo . Con perfil aguileño y ojos rapaces Helen estaba allí detrás de la noticias, como había hecho toda su vida. Primero como reportera de campo y desde hace más de cuarenta .años escrutando presidentes. Desde Kennedy hasta Obama, ya lleva nueve. Ella tenía el privilegio de preguntar la primera, y de cerrar en hora la rueda de prensa con un “Gracias, señor presidente”.
Los primeros de la clase como Helem terminan siendo incomodos. Al último Bush le molestaban sus continuas preguntas sobre las mentiras de la guerra de Irak. “Cubro al peor presidente de la historia de América” llego a decir en un momento de catársis, Resultado, fue castigada a la ultima fila de la sala de prensa bajo la excusa de que la periodista abandonó la agencia, comprada por el reverendo Moon, pasando a ser articulista de una cadena de periódicos. A esta altura de la edad, la veterana Helem Thomas no tiene pelo alguno en la lengua. Jubilados Bush y Cheney, Obama ha celebrado en el mismo día su cumpleaños con la periodista incombustible que ya ha cumplido los 89 , y le ha ofrecido el mejor regalo: restituirla en su puesto de la primera fila. (agosto del 09). Suerte de que vive y ejerce el periodismo en América. Aquí ya llevaría prejubilada casi cuarenta años.
MESES DESPUES...
A Helen se le ha atragantado la cuestón israelí. Ya punto de los noventa tiene que dejar los trastos del periodismo, vencida por la opinion personal sobre las cosas. La sala de prensa ya nunca será igual.
(Recuerdo de Helen Thomas)
Que la veteranía es un grado era un concepto poco discutido hasta que el poder empezó a ser asaltado por esa nueva casta de los políticos sin pasado. Pocas cosas les resultan tan incomodas a los nuevos poderosos como que les lean la cartilla los viejos periodistas. Hace justo treinta años, entré por primera vez en la abigarrada sala de prensa de los bajos de la Casa Blanca. No pude reprimir la curiosidad por saber quien era aquella señora ya enjuta que ocupaba la primera silla en la primera fila y que pregunta en primer lugar. Quien va a ser!. Helem Thomas, la decana de la agencia UPI y la primera mujer en entrar en ese selecto grupo . Con perfil aguileño y ojos rapaces Helen estaba allí detrás de la noticias, como había hecho toda su vida. Primero como reportera de campo y desde hace más de cuarenta .años escrutando presidentes. Desde Kennedy hasta Obama, ya lleva nueve. Ella tenía el privilegio de preguntar la primera, y de cerrar en hora la rueda de prensa con un “Gracias, señor presidente”.
Los primeros de la clase como Helem terminan siendo incomodos. Al último Bush le molestaban sus continuas preguntas sobre las mentiras de la guerra de Irak. “Cubro al peor presidente de la historia de América” llego a decir en un momento de catársis, Resultado, fue castigada a la ultima fila de la sala de prensa bajo la excusa de que la periodista abandonó la agencia, comprada por el reverendo Moon, pasando a ser articulista de una cadena de periódicos. A esta altura de la edad, la veterana Helem Thomas no tiene pelo alguno en la lengua. Jubilados Bush y Cheney, Obama ha celebrado en el mismo día su cumpleaños con la periodista incombustible que ya ha cumplido los 89 , y le ha ofrecido el mejor regalo: restituirla en su puesto de la primera fila. (agosto del 09). Suerte de que vive y ejerce el periodismo en América. Aquí ya llevaría prejubilada casi cuarenta años.
MESES DESPUES...
A Helen se le ha atragantado la cuestón israelí. Ya punto de los noventa tiene que dejar los trastos del periodismo, vencida por la opinion personal sobre las cosas. La sala de prensa ya nunca será igual.
6.6.10
2.6.10
Little Black Dress. Lena en eurovisión
A la Europa de la crisis económica, el frágil euro y la desconfianza política, solo la unen dos acontecimientos, que además le sirven para olvidar las penas. La final de la Champions y el Festival de Eurovisión. En ambos casos , estas romerías paganas que nos unen van incluso mas allá del territorio euro. Y a estas alturas de la crisis, son un verdadero bálsamo sobre los problemas cotidianos comunes a todos.
El Festival de Eurovisión dejó de ser hace ya una década un concurso mortecino y sin pegada, para convertirse en un espectáculo tecnológico sin parangón en Europa. La mejor tecnología audiovisual y destacados creativos organizan un show televisivo muy complejo, convertido con las semifinales en tres programas de difusión supranacional. El escenario mejora cada año. No solo la iluminación con leds y el uso de cámaras arañas destacan en el nivel de producción, sino la calidad de las tomas cenitales obtenidas y el modelo general de realización.
La producción no se deja ya en manos del país ganador sino que EBU-UER decide sobre estos aspectos para asegurar lo mejor del estado del arte en la industria. Solo vino a empañar el esfuerzo el metepatas de la barretina y los trasnochados comentarios de Uribarri, que no se ha modernizado como la organización. Sobran ya tantas especulaciones sobre el contubernio, porque aún existiendo en parte, cada año se alza con el triunfo la mejor mezcla de canción e interpretación.
Y así lo demostró Lena y su Satélite, con ritmo actual, buena voz, limpia presentación y… su “little black dress”, el vestidito negro que no debe faltar en el fondo de armario de las activas jóvenes urbanas que quieren darle un bocado a la vida. Adornado, claro, con unos buenos labios rojos. Y al listillo de turno deberían aplicársele la multa en función de la repercusión. Que pague por el valor del anuncio en esa hora de audiencia, y quizá se pase el resto de sus días trabajando para enmendar su estúpida agresión.
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