16.2.25

50 AÑOS DE SATURDAY NIGHT LIVE

 50 AÑOS DE SATURDAY NIGHT LIVE:

 “YO SOY CHAVE CHASE, Y TU NO”




Parece poco comprensible que sea sábado noche en Nueva York y te quedes en casa. Pero ¿cómo ibas a perderte el capítulo semanal de Saturday Night Live? Solo después de unas buenas carcajadas gracias al único programa un poco inteligente de la televisión estadounidenses podías lanzarte a la incomparable noche neoyorquina. Se convirtió en habito, en necesidad; no de meses, ni de años. ¡Ha durado décadas! Y promete durar aún más.

Saturday Night Live ha cumplido los cincuenta. Mantener en antena un programa televisivo durante medio siglo es una proeza tal como culminar la escalada al Everest. Un imposible, que solo un grupo de increíbles cómicos, sagaces guionistas y un productor visionario y tenaz han podido conseguir.

SNL es una suma de sketches humorísticos, pero también había un hueco para las noticias desternillantes. Weekend update.  El presentador anunciaba una última hora. “This just in: Generalísimo Francisco Franco is still dead” “Franco todavía sigue muerto” Unos nacían y otro morían. El nacimiento de SNL fue precisamente en 1975, el año de la larga agonía y muerte del dictador. Por eso, el sketch dedicado a las noticias incluido en el formato de comedia recuperaba una semana si y otra también la incrédula noticia de que Franco seguía muriendo o seguía muerto. Era Chevy Chase el encargado de contarlo (“Yo soy Chevy Chase, y usted no”, era su carta de presentación)  bajo la mirada escéptica de sus compañera de mesa  Jane Curtin, o la cara alucinada de Gilda Radner, cuyo personaje de  Roseanne Roseannadana hacia del equívoco verbal el chiste de un editorial que  por ejemplo confundía a los sordos (deaf) con los muertos (death) “Para que vamos a seguir dedicando dinero a comprar aparatos para los muertos”   Cuando el presentador principal le hacía ver su error,  su respuesta era siempre aquel hilarante “Never mind” ( un déjalo estar). 



Y unas semanas después el noticiario de Chevy Chase insistía. “Generalísimo Francisco Franco esta críticamente muerto ya por once semanas, y los médicos rehúsan especular cuanto puede durar en su presente situación”.  Hubo chistes para Carter, para Reagan, Gorbachov, Dukakis… y sigue la lista de gloriosos damnificados.


SNL hizo muy muy grande a la pequeña pantalla. Bien lo saben sus desconocidos comediantes convertidos gracias al show en grandes estrellas de cine. De ahí salieron los Steve Martin, Bill Murray, John Belushi y Dan Aykroyd (alias The Blues Brothers), los citados Chevy Chase, Gilda Radner y Jane Curtin. Y les seguirían Eddy Murphy, el otro Belushi, Jim, Billy Cristal, Joe Piscopo, Joan Cusack, Martin Short, Robert Downey Jr. y muchos más por hablar aquí solo de las dos primeras dos décadas.

Hubo momentos memorables como los de la avispa. Aparecía Belushi y el resto con unas antenitas y embutidos con un traje a rayas negras y amarillas con pantis negros que ya les convertían en un hazmerreir. Tanto que Belushi llegó a odiar este número y se negaría a seguir interpretándolo. El alocado e imposible John Belushi, con su vida acelerada, sus baños turcos en el East Village, el del humor bestia y sarcástico, corrió tan deprisa en la escalera la fama, que acabó consigo mismo de una sobre dosis. Tal fue la dimensión del personaje en los acelerados ochentas que el reportero del Watergate, Bob Woodward, llegó a dedicarle todo un libro, Wired (Enganchado).

Otra caracterización de traca fue la de los coneheads (cabezas de cono), imitando a extraterrestres de serie a lo StarTrek. Hubo hasta un personaje icónico, Mr. Bill, una galleta de plastilina que sufría todo tipo de atropellos y vejaciones, rota en pedazos s para acabar el sketch con la frasecita de “Oh no, Mr. Bill” Pequeños detalles que daban un tono peculiar al F formato.

Tras una apertura con una situación actuada por el grupo, un invitado especial (quien no paso por SNL es que no estaba en el star system americano) o alguno de los comediantes pronunciaba la voz de alerta. “Live from New York, en vivo desde Nueva York, esto es Saturday Night Live”. También se incluía siempre una actuación musical relevante. Todos los importantes del mundo de la música querían pasar por allí, un gran honor y una inmejorable promoción.

 Quien encendió la bombilla del formato fue Lorne Michaels. Mezclar humor, un toque subversivo, música en vivo, unas notas de actualidad en los segmentos de comedia y también en el falso informativo, más un actor/invitado especial que actuaba con el grupo de comediantes estable y…. todo ello con una sola una semana para preparar otro programa tan complejo. Contra pronóstico, en la noche tonta del sábado, cuando la gente ha salido a cenar y divertirse, SNL se hizo un hueco en el competitivo mundo de la televisión comercial americana. El show perdura medio siglo después, y aquellos chicos de Chicago, Nueva York o Los Ángeles que querían hacerte reír desde la tele se hicieron estrellas de Hollywood que hoy conocemos en el mundo entero. ¿Verdad Bill Murray? 

JMD

                  

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