23.6.20

UNA TRAVIATA PARA VOLVER A LO REAL

UNA TRAVIATA PARA VOLVER A LO REAL

Javier Martín-Domínguez

El reloj marcaba las dos y media de la tarde del 23 de febrero en el hall de La Scala de Milan. El público llenaba ya la mitad de la sala para presenciar la representación cuando el director musical Nicola Luisotti se quedo paralizado ante la orden recibida. Se suspendía la función, por orden gubernamental. El publico, los músicos, los cantantes abandonaban precipitadamente la sala. El arrasador corona virus había conseguido cerrar el primer teatro de opera, al que seguirían todos los demás por culpa de la pandemia. “Fui el primer director en cerrar y ahora el primero en abrir”, decía  Luisotti con un orgullo no exento de emoción al anunciar la reapertura del Teatro Real de Madrid con La Traviata, de la que será su director comercial. 
            Habrá 27 funciones durante todo julio  en las que “Alfredo y Violeta” desafiarán la enfermedad, el encierro de las artes. El Real se hace real de nuevo como símbolo de la batalla del mundo del mundo del arte y el espectáculo por no ser sepultados. Asó lo encara, con gran decisión y fortaleza, su director artístico Joan Matabosh que ha buscado una formula para que la opera vuelva a sonar y demostrar que “el arte vencerá!”.
            Cuatro Violetas y sus cuatro Alfredos se subieron al escenario desnudo del Real para presentar esta apuesta por demostrar normalidad, tranquilidad y seguridad en el retorno al contacto con el público, pero con solo un cincuenta por ciento de aforo. Como en un quiebro del destino, es esta historia de amor y muerte por tuberculosis la que levanta el telón caído hace tres meses.
            Nada será igual para que todo parezca lo mismo. El Real ha cambiado incluso la grifería de sus baños, para hacerla automática. Ha instalado control de temperatura y zona de desinfección en sus puertas. Veinte limpiadoras trabajarán en cada función mas allá del equipo técnico y artístico habituales.  Habrá setenta por ciento mas de acomodadores. No habrá programa de mano, pero si un código QR frente a la butaca para descargarlo en el móvil. 
            Interpretes de Italia, Estados Unidos, Letonia, Rusia, Croacia y España encabezan los repartos de estas traviatas de julio. Todos han hecho un esfuerzo para salir del confinamiento y devolver la voz y la música al espacio escénico, al publico que les espera. Marina Rebeka, Ruth Iniesta, Ekaterina Bakanova y Lana Kos serán las  Violetas.  Michael Fabiano, Ivan Magri, Mathew Polenzani e Ismael Jordi los Alfredos, dirigidos Nicola Luissoti,  con la Leo Castaldi como responsable del concepto escénico.
            Unas líneas rojas marcadas sobre el esenario lo dividen en cuadros para que cada interpreta sepa su espacio de seguridad sanitaria. No habrá concesiones. Ni besos, ni abrazos. Sin contacto físico alguno, sin poder aventurarse  mas allá de la seguridad de cada uno que han pasado las pruebas y exámenes médicos. Todo será riguroso para los interpretes y para el público. Para el coro y para la orquesta. Matabosh insistió en que se ha vuelto gracias al desarrollo de “un concierto semiescenificado”, un concepto que priva a la opera de su habitual exceso en decorados, pero que la hace volver vital y real.
            “La música combate el miedo. Si los abrazos son imposibles, la música nos devuelve las emociones con su vibración. La música nos traerá la cercanía que necesitamos, los abrazos y besos que nos faltan”. Las frases de cada uno de los protagonistas de este regreso acelerado destilaban emoción y ganas, muchas ganas de volver a estar con el publico. 
            La Traviata de Giusseppe Verdi  se iba a representar esta temporada en el Real en dos periodos, siguiendo la celebre producción del festival de Salzburgo dirigida por Willy Decker.  La diez funciones del 9 al 24 de mayo se perdieron en el calendario roto por la pandemia. Pero ahora, con el decidido impulso del asistente de Decker, Leo Castaldi,  de Luisotti, Matabosch y el apoyo decidido de todos los trabajadores del teatro Real,  la opera resucitará en Madrid antes de lo esperado como señal de partida para todas las artes. 
            No habrá abrazo de Alfredo y Violeta, pero si habrá reencuentro por fin de la opera en vivo  con su publico. El Real vuelve a ser real.



20.6.20

UN CAMINO DE ROSAS

UN CAMINO DE ROSAS.







Atravesar la sierra y llegar a lo mas alto es un camino de rosas. Las veredas que suben desde las últimas estribaciones madrileñas para coronar por el viejo camino del Arcipreste de Hita están guardadas por rosales salvajes, con sus menudas hojas  y su leve perfume. La senda para llegar a Castilla o para bajar a Magerit se data en tiempos de los árabes. Es un camino primero accesible, luego sinuoso, hasta rocoso en algunas partes. pero siempre voluptuoso en el momento que la primavera quiere dejar paso al verano. Hay rositas de colores suaves, en una gama de colores que van del amarillo traslucido al rosáceo y al rojo leve. Marcan la vereda sin saber si están ahí por un mandato de los dioses o por otro milagro terrenal para que el viajero que se aventura por estos pagos disfrute un transito delicado y delicioso. Tambien hay dedales, que se descuelgan para iluminar aún mas el paso con colores sorprendentes, y altas cañas rematadas por hojas filiformes que te hacen creer que están aun tejiéndose. Hay plantas olorosas a los pies, que ascienden hasta la nariz en un milagroso concurso de vientos alados, destacando el orégano salvaje. Todo un festival floral y oloroso bajo los protectores pinos, altos y sagrados, que marcan el camino.
Hay una fuente de chorro fino justo antes de que el paso se haga mas angosto, avisando de que hay que mojarse la nuca, enjuagar la lengua y hasta lavar los parpadeos. Limpiarse de todo antes de descubrir unos totems, majestuosos que como gigantes de piedra coronan el paraje. Cuando ya estas buscando  ver por fin la anchura de Castilla a tus pies, estos gigantones de granito te piden atención y te embargan el ánimo con su corpulencia, con  esas formas tan potentes que juegan con la imaginación para darles forma de sueño inabarcable. A sus pies, el Arcipreste de Hita dejo sus poemas, que rivalizan en belleza con las flores del camino. Armónicos, puros, repletos de sentido y deseo. Y al final, un paso mas, agarrados a las rocas, por fin llegas a coronar y mirar el horizonte. Un camino de rosas y gigantes te lleva de Madrid a Castilla. Segovia a la vista!

19.6.20

ANNE CARSON. SAFO INVERTEBRADA

. ANNE CARSON. SAFO INVERTEBRADA

ANNE SE ASOMÓ AL JEROGLIFICO Y QUEDÓ PRENDADA.

Contempló los signos extraños que componían al parecer una lengua y los hizo propios, los aprehendió, interiorizó y sublimó, hasta el máximo punto de hacer con ellos poesía. Así entró la niña Anne Carson en el  griego clásico, al que convirtió en su voz interna, intima y propia.
Bucear en la historia del mundo antiguo es como entrar en un mar sin fondo, e incluso sin orillas a las que asirse. Pero superado el vértigo, se abre ante ti el denso y proceloso mar que todo contiene y te abraza.
Puede ser frustrarte encarar la búsqueda de la música compuesta por Safo  (siglo VII a. C.), que la propia poeta menciona en sus poemas, que aparece marcada por los instrumentos musicales por ella  creados,…y que se ha perdido completamente en la niebla de la Historia. Para mentes de infinita sensibilidad, la búsqueda de lo perdido no es una desazón sino un camino para encauzar la vida. Así, Anne Carson  buceó en los poemas incompletos- una palabra aqui, un verso allá -hallados en rollos de papiros a la espera de ojos sabios que rescatasen su sentido.
En “Si no, el invierno. Fragmentos de Safo”, Carson recupera las palabras como teselas para recomponer el legado de la mas grande de la poetas. “Safo es una cosa fascinante”, comentó Estrabón. “Hasta donde sabemos, en toda la historia   de la que hay memoria, ninguna otra mujer puede acercarse a rivalizar con ella en la gracia de su poesía”.
Anne Carson le ha devuelto estructura y sentido a los versos de Safo perdidos y hallados de forma invertebrada, para deleite de quienes ven en el mundo clásico el espejo de la humanidad de hoy y de siempre. No hay premio que colme tan arduo y bello trabajo. Quizá porque el premio está en disfrutar el juego de descifrar el arcano.



ANNE SE ASOMÓ AL JEROGLIFICO Y QUEDÓ PRENDADA.



18.6.20

JAPON, PERPLEJOS Y CAUTIVADOS, SIEMPRE

JAPON. P
erplejos y cautivados, siempre



La unica suerte de la pandemia es que te trae a casa regalos inesperados, como escuchar de viva voz y hasta con imagen las reflexiones de un gaijin a punto de dejar Tokio después de cinco intensos años de diplomacia, actividad cultural y suma de impresiones sociales. Jose Antonio de Ory ha sido un gran trashumante mundial de la cultura, con el cine y la literatura como antenas, y acaba ahora una inmersión en esas islas de la fascinación que componen el archipiélago donde nace el Amateratsu, la diosa Sol.


Habla de sus favoritos literarios- de Kawata a Soseki -, de su pasión por Ozu y la literatura llevada al cine (Las hermanas Makioka,…), del deleite para los sentidos de las artes tradicionales y uno se deja llevar a los días de ensueño vividos cuando descubría que el Japón de las esencias estaba aun mas vivo que el de la modernidad. Parece que sigue siendo así, e incluso que entre las catástrofes y la pandemia la tendencia será a ensimismarse aun mas y saberse naufrago y superviviente por si mismos en este azaroso mundo del siglo XXI.



Con menene Gras ha desmenuzado tambien el sello de ida y vuelta de los español en Japón, desde la danza en el teatro Imperial de La Argentina que medio a Kazuko Ogno tal gusanillo en el cuerpo que se arreboló y pardo el butoh…hasta el trabajo de fotógrafos inigualables en retratar la esencia de los español.

Soy testigo a distancia- gracias a las postales vivas de instagram -de que Jose Antonio de Ory no ha sido un visitante al uso, mas bien un agente del Ministerio de Asuntos de la belleza Cultural que ha ido al japón milenario a oler cada una de sus esencias para almacenarlas en su memoria cognitiva y devolverlas hechas memoria objetual. Hoy fue en conversación, otro día serán textuales, siempre estarán en una mirada mezcla de sorpresa y admiración que se le marcara para siempre. Japón es efectivamente un mundo de perplejidades que una vez visto nunca puedes abandonar, ni de jar de amar.

10.6.20

KALLIFATIDES. Una lengua propia

LA LENGUA PROPIA.— THEODOR KALLIFATIDES. "OTRA VIDA POR VIVIR".

LA LENGUA PROPIA. —     Las palabras  de Theodor Kallifatides en "Otra vida por vivir" entran por el ojo, por el oido y caen en la mente deslizándose como en un suave tobogán. Su escritura devuelve el amor  a la lectura que hace de lo fácil un inmenso placer literario sentimental.

Emigrado por desencanto de su país y acogido por amor en la Suecia de su esposa. Kallifatides dejó tambien su lengua y ha escrito su obra en sueco, con gran éxito. Hasta el punto de que una novela se llevó al cine y él mismo dirigió otra película bajo la tutela de Ingmar Bergman, aunque esta sin éxito alguno.

He sabido lo que es dejar la lengua propia, empujado por la necesidad de aquilatar tus pensamientos en la nueva lengua de uso. En mi estancia en Japón y antes en Nueva York, curiosamente mi diario lo escribía en Inglés. Lo sentía mas cercano en los sentimientos que necesitaba expresar, en la vida que quería contar, porque mi español no era en absoluto lengua prioritaria de uso, aunque si la utilizaba para hacer mis crónicas para La Vanguardia de Barcelona. 
Hay algo de orgullo y de revancha en saltar a otro idioma, cuando tu realidad es nueva, renovada, y ves que tus palabras habituales o están desgastadas o no alcanzan su objetivo expresivo. Dejan de ser el vehículo prioritario para entenderte con otros y, llegado el caso, contigo mismo.

Kallifatides nos cuenta el momento crítico de enfrentar la última página en blanco. Cuando el bloqueo de escritor es insuperable. Nos arrastra hasta su estudio en el centro de Estocolmo para decirnos que ya no se le ocurre nada y va a cerrar la habitación donde han nacido sus libros en ese exilio familiar sueco. Parecía una mera  excusa para unas breves memorias de vejez, de último capitulo vital, donde los protagonistas son los pequeños y grandes recuerdos de una vida, con pinceladas de lo cotidiano. Pero nos espera un epilogo en su tierra natal, en la Grecia que le vio nacer, en el pueblo de sus antepasados, en la escuela donde las palabras empezaron a construir su personalidad. Y es entonces, en el viaje de vuelta, cuando el bloqueo se rompe y las palabras surgen en su griego inicial, en la lengua de la infancia para contarnos el último asalto a la vejez. 


Unas memorias primorosas, que al carecer de pretensiones rozan el lirismo y lo poético  de la vida bien vivida.
       

ALBANIA SALE DEL MISTERIO.