26.7.20

CUANDO SOÑAR FUE DELITO. (Con Ava y Vicent en la noche de Madrid)

CUANDO SOÑAR FUE DELITO. (Con Ava y Vicent en la noche de Madrid)Por
Javier Martin-Domínguez
            Bajo la noche espesa del franquismo, hasta soñar era delito. Unos soñaban con la libertad, otros en echar un polvo con Ava Gardner. Todos iban en el mismo barco que solo cuando navegaba la noche podía encontrar puerto. Quien vivió el mundo de los serenos, sabe que la luna tenia sus luces muy limitadas sobre Madrid. Solo alumbraba a cachos. Y era mas lo que ensoñaba que lo que iluminaba.
            Como un buen reportero de época, Manuel Vicent abre en canal la noche de aquel Madrid que tenia sus polos opuestos en el malo de clase bien llamado Jarabo y en la inalcanzable estrella conocida por Ava.
            Viene a la capital un chico de Valencia que quiere inventarse la realidad, o sea hacer una película,  para que la cruda realidad de la época se edulcore o tome cuerpo celeste. Está de portero de su sueño el ya colocado Berlanga, y asisten de coro celestial una tropa desigual de intelectuales que se arrastran del Chicote al Gijón y vuelta. Con estos mimbres urde Vicent una trama de cine negro, con gatos que chapotean en charcos de sangre y flamencos que asaltan las sabanas de la comehombres de Hollywood.
            Sabe el autor en sus carnes que solo el sueño te salvaba de la modorra gris imperante de la época. Por eso Ava no es solo la mujer mas bella del mundo que surcaba las calles de la ciudad mas apagada de Occidente; era sobre todo el anhelo de poseerla aunque fuese en una foto para salvarse así mismo de una vida ya anulada nada mas nacer.
            Usa Vicent, con su modo habitual entre cáustico e insolente, un mecanismo del bien y el mal, de lo crudo y lo masticado, de la bestia y la bella como juego de contrarios para hacer una novela en desarrollo espiral, que nos va metiendo en su túrmix, atascados en el sueño que puede ser realidad. Convertir la pesadilla general en sueño particular. Una metáfora de un mundo putrefacto que es tan real que resulta casi inverosímil. Y fue ese el mundo que vivieron, el mundo que otros oteamos mas tarde, escrito aquí con las palabras que mas certeramente lo describen, hilado como un bordado que es un arte de aguja fina que Manolo Vicent controla como nadie. Vicent no escribe, mas bien borda con el diccionario del momento. Y espolvorea aromas del tiempo para que la memoria quede impregnada sin remedio.
            Queda para expertos en anatomía de estrellas, si la protagonista en verdad tenía una cicatriz en la apéndice y una peca en la teta. Nuestro protagonista lo soñó tantas veces que seguro que tuvo que hacerlo real. Como el propio autor, que certifica su encuentro con la bella en un garito de la noche madrileña,  poblada de gente de novela, transeúntes entre las tinieblas de un tiempo frio y malgastado si no tenias un sueño que soñar.              


           

14.7.20

LAS ARQUITECTURAS DE SAENZ DE OIZA -


- LAS ARQUITECTURAS DE SAENZ DE OIZA -  ( 3 OIZAS 3 )

Había un pequeño pueblo minero abandonado en el estado de Nuevo Mexico bautizado como Madrid, aunque ni por paisaje y menos por dimensiones tenía relación alguna con el topónimo capitalino español. Fui a rodar su historia, que era la de una próspera ciudad minera,de carbón, luego abandonada, tomada al asalto por hippies y finalmente en manos de mercaderes y turistas con el objetivo de devolverle su estatus de “ciudad”, no de ciudad fantasma.










Junto al rodaje del lugar y sus nuevos habitantes, añadí a la vuelta al Madrid español las opiniones e ideas sobre la ciudad de “tres ángeles iluminadores”: Jose Luis L. Aranguren, Manuel Vicent y Francisco Javier Saenz de Oiza. 

La intervención de Oiza sobre la ciudad la rodamos en el helipuerto de uno de sus edificios mas emblemáticos, el BBV de la Castellana de Madrid. Allí, dominando las alturas, con el Madrid grande a sus pies, sentenció algo que nunca mas olvidé. “La ciudad es el sueño del hombre en la tierra”. Y quizá el corolario seria que el arquitecto es su dios creador.

Mi primer encuentro con un Oiza que rezumaba inteligencia, seguridad y una mirada bien abierta a las nuevas propuestas  fue en San Sebastian. Una de las primera entrevistas que hice en mi vida como periodista. Ya era el gran arquitecto de la basílica de Aranzazu y de Torres Blancas. Participaba en la semana de la arquitectura del verano de 1973, y casi fue una osadía, bajo el franquismo, decir y titular sus declaraciones con un: “La crisis de la arquitectura se debe a una falta de participación ciudadana”. En aquel entonces todo lo hacíamos con una doble intención para una doble lectura…

Tras sus estudios en los Estados Unidos, Saenz de Oiza había abrazado los nuevos materiales, el cristal, las estructuras de hierro y de hormigón…la solidez y el sueño de la levedad se unían en obras que no te dejaban sin opinión. Detrás de aquellos “monumentos” hay historias, colaboraciones, cambios y variantes que ahora recordamos con la magnifica exposición montada por sus hijos:  “Saenz de Oiza, Artes y oficios” (Sala ICO de Madrid), que justamente emparenta su obra con la de artistas como Oteiza, pintores como Lucio Muñoz o Antonio Lopez, y otros creadores quizá menos reconocidos con los que colaboró y consiguió una obra rica en la estructura y en cada detalle.
Interesante  su relación con Huarte, el constructor. Saber por qué Torres Blancas mantiene el plural aunque solo se construye una torre, de las dos previstas. Ver la originalidad de espacios perdidos como el restaurante o la piscina del edificio que da la bienvenida a Madrid por la carretera de Barcelona y de creaciones paralelas como un biombo de metacrilato para las habitaciones con curvas.

Reincidente en el disfrute de la personalidad del genio, le buscamos de nuevo cuando creó el edifico de “el ruedo” en la M30 que causó un gran revuelo, y que el justificaba como un muro frente a la autopista para crear un rico espacio interior, una plaza para los vecinos al otro lado del ruido. Eran ya  los años 90, y mantenía su total vitalidad en el programa de debate de Telemadrid que dirigía Magin Revillo,  El Pantallazo. Aparecía como un hombre de carácter,  en plenitud de energía y coraje para el debate ciudadano, para hablar de la ciudad,  del sueño del hombre en la tierra., de la necesaria participación de los ciudadanos en la construcción de su hábitat.  Los temas recurrentes

Toda una filosofia enraizada en principios claves, y desarrollada mediante bocetos de un valor artístico excepcional. Los planos de Torres Blancas, del Auditorium de Santander, de Aranzazu... son obras de arte en si mismos, y no solo pautas para levantar sueños sólidos. Arte y coraje a partes iguales en la obra de un visionario de su tiempo .


9.7.20

UN CRUCE IMPOSIBLE. La calle 10

UN CRUCE IMPOSIBLE - El orden urbano del que presume Nueva York, con sus calles y avenidas numeradas, y la armonia marcada por la Quinta, con el Este a la derecha y el Oeste a la izquierda tiene su punto de fuga en la gran Broadway, que parece una llaga abierta sobre el mapa perfecto. Los urbanistas dicen que es una concesión porque de lo contrario la absoluta perfección de la estructura devendría en caos.   Pero hay otros juegos del callejero más inesperados como el cruce entre dos calles numeradas. Se lo ponen a los aspirantes a taxistas en el examen para obtener la licencia. “Se cortan las calles 4 y 10?”- Imposible parece. Pero si hay un lugar que puede desafiar la lógica  es Greenwich Village, y ese cruce es tan cierto como que  El Barrio  más bohemio de ayer, hoy y siempre puede y debe permitirse esas licencias! Vamos, la de romper el orden establecido de la ciudad, porque sino no sería el Village. Viví siete años en la manzana que hace esquina con esa dirección imposible. Allí estaba el primer restaurante japonés que disfruté y recuerdo sus sabores y los juegos iniciales con palillos allá en el año 1979, cuando el sueño americano se hacía visible.  Muchas historias humeantes junto a la sopa de miso, el sushi o la salsa teriyaqui. Memorias dulces, imborrables de una esquina tan imposible como única  en Nueva York. Como la  vida que nos inspiró. (Foto de este julio del 2020,  enviada por mi antiguo vecino de barrio Javier de Frutos)

7.7.20

Día de Denia. Vicent y Garcia Pan

DIA DE DIANA, DIA DE DENIA
Entre el Fuerte de Denia y la cumbre de El Montgó se abre una vía de aire a la que llaman Carrer de Diana; no es la mas ancha, ni la principal del callejero de la ciudad, pero si es la mas airosa, y además hace honor al origen mítico de este asentamiento portuario que siempre vio en la cumbre del Mongó el cuerpo de una diosa a la que el mar quiere arrebatar su posición altiva.

Esos vientos de Diana son los que mueven las palabras en tertulia de un grupo ya maduro pero con una jovialidad de espíritu y verbo que otros ya quisieran. Fui allí en busca del Manuel Vicent que sienta su reino veraniego lejos de las sillas del Gijón para encontrarse con los vientos del Mediterráneo y festejar a los amigos con palabras vivaces y solares. Se ahuyenta la memoria temprana del encierro, y buscamos en la lejanía aquel encuentro con Ava cerca de Barquillo, en el Oliver, en las noches cuyo olor y luz recuerda con una mezcla de melancolía y exaltación. Certifica que la vio aquella noche, y por eso mismo su última entrega, su Ava en la noche la podemos leer como novela o como la memoria del chico de Valencia que se fue a Madrid para ser notario de la noche y sus habitantes. No solo la vio o los vio a todos ellos, farándula de un cuento oscurecido por el franquismo, sino que los sintió y les hizo parte de un presente que ahora deviene en memoria y puede contarse a gusto del narrador.  Volveremos sobre ello, que mucha miga de buen pan tiene Ava y la novela de Ava y Jarabo.

 La mañana empezó con un desayuno de descubrimiento. Visitar el nuevo hotel Nou Roma, con su magnifico emplazamiento en la antigua casa de la guardia del castillo, y que como nos comentaría Vicent pasó por las manos del pintor Manolo Valdés, habilidoso en encontrar bellas construcciones. Allí se expone ahora una selección de Ana Garcia Pan, con titulo “Denia, mitos, leyendas y personajes”. La calidad de la pintura, desde sus mezclas de color a la delicada disposición de los motivos, hacen de los cuadros un peregrinaje homérico a los rincones de la historia de esta ciudad de aire y mar, que ha pasado por manos de todas las culturas de interés.  García Pan crea jeroglíficos hechizados que te invitan a descifrarlos en un tiempo de horas de verano, las que no tienen fin. De repente, en una esquina, salta la magia, el poema, se vislumbra el hechizo que te hace entrar en el cuadro y ser poseído. Denia siempre atrapa.


SAN FERMIN. La carrera de la vida

SAN FERMÍN, LA CARRERA DE LA VIDA
( Historia de mis sanfermines )
1.
Ni local, ni nacional, la fiesta es patrimonio del mundo entero. Y de cada uno que la vive en directo. Ahora es la televisión, y más aún, internet, quienes propagan el escalofrío de la carrera de sanfermines a los cuatro confines. En la era Gutemberg, su apóstol mayor fue Ernest Hemingway. Peculiar carrera la de don Ernesto. Héroe periodístico para los republicanos en la Guerra Civil, volvió para ser coronado como adalid del toreo. Hoy quizá fuese declarado persona non grata. Al menos en Cataluña. Pero en definitiva ha quedado como embajador perenne de un espectáculo sin igual, en el que la vida y la muerte corren en paralelo, cortejadas por mozos anónimos con la misma camiseta e idéntico pañuelo. Se esfuerzan ahora las cámaras en buscar el primer plano cuando el morlaco roza el muslo. Pero el mérito está en el conjunto, en la carrera de todos, mozos y toros revueltos, amigos o enemigos peligrosos de tres minutos de vuelo. Quien haya estado dando botes de miedo en Estafeta hasta que empieza la carrera, entenderá que se culpe al amigo que te llevó a tal extremo del mejor y el peor momento de tu vida. Se va de la angustia al éxtasis-de-haberlo-hecho en menos de tres minutos. Un borbotón de adrenalina. Eso no sale por la televisión.

Acuso a los Sanz y a los Erviti de turno, que me condujeron al callejón de la tortura para salir ileso y feliz. A Manu Leguineche por alentar el bautizo sanferminero y compartir la aventura que él adoraba.  Como le pasó a Hemingway y testifican sus 'amigos peligrosos'. Recuerdo ese título de las memorias de su compañero más cercano de correrías en España, el guionista americano Peter Viertel ('La reina de África'), que acabó sus días en Marbella, junto a Deborah Kerr. «Me di cuenta, con cierta alarma, que a medida que madurábamos había un rasgo destructor en su carácter». Quizá Ernest debió seguir metido en esta carrera anual, llena de todo sentido y de ninguno, para estar apegado a la vida. Para vivificarse en el rito y fortalecerse en el esfuerzo. Eso es lo que nos da la carrera; y solo lo verá uno desde dentro si tiene la suerte de tener unos 'amigos peligrosos' que te cuenten el secreto. Aunque visto desde el hoy parece una locura, me enorgullece contarlo porque la suerte de superar el riesgo es como un empujón para seguir viviendo y tentando otras suertes. Viva San Fermin, ayer y siempre. 8.7.19.            TRES MINUTOS
Cuando se reúnen todos los ingredientes de un buen guión: lucha de contrarios, acción progresiva y torrente de emociones, la atracción del espectador se alcanza de forma infalible. Pongamos a los protagonistas entre la vida y la muerte, con un tiempo tasado y un escenario de “road movie” con principio y fin. Y si  la historia está condensada en una secuencia imparable de apenas tres minutos, se garantiza que será vista, una y otra vez, día tras día, año tras año, porque crea adicción.
            Así ha sido, es y será la retransmisión de los encierros de San Fermín que reúne ante el televisor  a una legión de devotos tan apiñada como la de los mozos en el callejón. En la liga del zapping mundial, la marca España se ha revalorizado en las ultimas semanas con la eurocopa, con Nadal, Valverde o Alonso que van arañando minutos a la CNN y a los 24 Horas en distintos idiomas. Pero la secuencia reina, pasada en cada una de las televisiones del globo, es la que protagonizan los morlacos y los hombres de blanco y rojo  por Estafeta bajo el ojo atento de las cámaras, que  pocas veces tienen a tiro fijo un espectáculo tan breve como intenso.
            Solo un acontecimiento peninsular tiene hueco seguro en las agendas televisivas del planeta, marcando a todo un país con las etiquetas de “fiesta”, “toro”, “locura”…Improvisadores de ilusiones, que decía Cioran de los españoles, dispuestos a jugársela en unos minutos, para entrar en la lista de los que presumen de haber corrido la milla mas peligrosa con prueba documental trasmitida a cada cofín del planeta.
            La emisión se ofrece despojada de todo aditamento y de cualquier narración. La historia por si misma. Esta pasando, lo están viendo…y sintiendo. Después llega el comentario, el zoom, la doble pantalla, la cámara lenta, la ampliación digital….para ir desgranando detalles  que estiran los tres minutos  a toda una hora para descubrir momentos de riesgos ocultos por la prisa. Los milagros sanfermineros detallados por la cámara. Servir el drama en directo marca el apogeo de la televisión.

AMIGOS PELIGROSOS

Ni local, ni nacional, la fiesta es patrimonio del mundo entero. Ahora es la televisión, y mas aún, internet, quienes propagan el escalofrío de la carrera de sanfermines a los cuatro confines.  En la era Gutemberg, su apóstol mayor fue Ernest Hemingway, recordado mas que nunca si cabe en este cincuentenario de su muerte. Peculiar carrera la de don Ernesto. Héroe periodístico para los republicanos en la Guerra Civil, volvió para ser coronado como adalid del toreo. Hoy quizá fuese declarado persona non grata. Al menos en Cataluña.  Pero en definitiva ha quedado como embajador perenne de un espectáculo sin igual,  en el que la vida y la muerte corren en paralelo, cortejadas por mozos anónimos  con la misma camiseta e idéntico pañuelo. Se esfuerzan ahora las cámaras en buscar el primer plano cuando el morlaco roza el muslo. Pero el merito está en el conjunto, en la carrera de todos, mozos y toros revueltos,  amigos o enemigos peligrosos de tres minutos de vuelo. Quien haya estado dando botes de miedo en Estafeta hasta que empieza la carrera, entenderá que se culpe al amigo que te llevó a tal extremo del mejor y el peor momento de tu vida. Se va de la angustia al éxtasis de haberlo hecho. en menos de tres minutos. Un borbotón de adrenalina. Eso no sale por la  televisión.  Acuso a los Sanz y a los Erviti de turno. que me condujeron al callejón de la tortura para salir ileso y feliz. Como le pasó a Hermingway y testifican sus “amigos peligrosos”. Recuerdo ese titulo de las memorias de su compañero mas cercano de correrías en España, el guionista americano Peter Viertel (La reina de África), que acabo sus días en Marbella. “Me di cuenta, con cierta alarma, que a medida que madurábamos había un rasgo destructor en su carácter”. Quizá Ernest debió seguir metido en esta carrera anual, llena de todo sentido y de ninguno, para estar apegado a la vida. Para vivificarse en el rito y fortalecerse en el esfuerzo. Eso es lo que nos da la carrera; y solo lo verá uno desde dentro si tienes la suerte de tener unos “amigos peligrosos” que te cuenten el secreto

CALLEJON SIN SALIDA. SAN FERMIN’ 2013

Solo un evento español a fecha fija tiene ventana asegurada en televisiones del mundo entero: los sanfermines.  Cada vez se siguen mas ahí fuera, y cada vez se ven mejor en casa, con el seguimiento detallado e impecable de TVE. Parecía que esta edición se iba a saldar con un mas de lo mismo, lo que ya sería suficiente. Ver a los mozos en su carrera de zozobra entre vida y muerte. Tres minutos de desafío ante los morlacos, retratados metro a metro por las cámaras. Tan bien, por tranquilo y sin incidentes,  se iba dando el San Fermín del año 13, que otros asuntos paralelos empezaron a robar plano a la fiesta aprovechando el tirón mundial del encierro. Primero fue la ikurriña gigante la que acaparo los objetivos. Después vino la denuncia feminista por el desmadre de toqueteos que sufren las chicas que subidas a hombros se desmelenan en el chupinazo. Se ha convertido en uno de los tópicos calientes de debate de las redes. El despiste de las cámaras hacia los eventos paralelos duró lo justo porque la carrera volvió a ponerse seria y dramática. El jueves hubo sangre en la carrera y el último viernes aconteció algo insólito. El encierro se convirtió en un callejón sin salida, con los mozos atrapados a la entrada de la plaza. La foto quedará para los anales sanfermineros, con la masa revuelta de caras de pánico y cuernos en sus sienes. Un remedo plástico del Guernica en las fotos de prensa. Como si no fuese suficiente ese drama en tres minutos que supone la carrera, el evento vive entre un mas difícil todavía y el riesgo de que las cámaras miren a otro lado en busca de política o de sexo. Solo la sangre vuelve a poner el foco en su sitio. Los sanfermines son como la vida misma. Un camino por recorrer en el que acecha tanto la ilusión como el peligro. Todos los avatares comprimidos en tres minutos, con la esperanza de llegar sin tropiezos al cielo prometido. Son una  metáfora de todo. De la vida,  e incluso del país y la política. Gente alborotada, peligros desbocados y una atmósfera asfixiante,  que quieren abocarnos al delirio un callejón sin salida.

11.7.09
Muerte en sanfermines
Suena el despertador en esta semana de julio con un tintineo mezcla de ilusión y angustia para abrir los ojos a la carrera de San Fermín. Ante todos ustedes, en vivo y en directo, el mayor espectáculo del mundo: la carrera por la vida. Ningún otro acontecimiento, como no podría ser de otra manera, concita tanto interés en las retrasmisiones televisivas del año. Siempre un record de audiencia en España, amplificado a todo el mundo, que contempla estupefacto como la bravura de hombres y morlacos se pone a prueba sobre empedradas y estrechas calles de un circuito urbano.
Por unos días el baile ante las astas del bicho deja de ser una cuestión privativa del torero especialista. En el encierro somos todos, es un cualquiera, el que juega su partida con la vida y la muerte sin razón alguna, excepto la de querer probar fortuna con el calendario fijado para nuestras vidas por los dioses.
En solo tres minutos pasará por delante de nuestros ojos la metáfora de la lucha por la vida. Los codazos por encontrar hueco, el enemigo implacable, el objetivo a conseguir con la vista hacia delante, la ilusión y el miedo a partes iguales. Todo, como en la vida, contemplado por un ojo omnipotente, el de las cámaras, que además este año tienen detrás a un director privilegiado como Bigas Luna para amplificar el rito y llevarlo hasta los confines de China.
Como cada mañana, la carrera va. Para el corredor en espera la tensión creciente se amortigua a base de saltitos con el periódico en la mano zumbando al aire. Es tal la adrenalina que no se puede esperar mas a que rompa el cohete y anuncie la salida. El estomago se ha subido casi a la boca, y la mente duda en salir despavorido hacia delante o auparse a las tablas y acabar con tanta zozobra. Así al menos lo he sentido yo en mis dos carreras de sanfermines, en las que el deseo por la acción siempre pudo al miedo. Y sabes que es una locura. Pero la experiencia de vivir y vivirlo puede mas. El toro está a punto de llegar.
Visto por la tele, tú-el espectador corres con todos. Te agobia mas que a los del callejón la cantidad de mozos que tapan la calle. Y solo esperas que esto acabe y llegue el parte final de esta guerra con un esperanzador “solo contusionados sin gravedad, que se recuperan satisfactoriamente”. Pero hoy esta verdad edulcorada va a cambiar sus tornas. Hoy la carrera ha sido áspera y confusa. El toro ha encontrado sangre en la vereda. Ese chico que ha caído no se mueve. Se hará el muerto para que pase el tropel como mandan los cánones profesionales.
Los mozos ya están en la plaza, la televisión muestra un ruedo de improvisados toreros sin luces y a los toros dando los últimos cabezazos antes de entrar en toriles. Y ahí aparece de nuevo un signo de tragedia, con un asta alargada y picuda teñida en rojo sangre. Hay alguien empitonado. Y tú, que te tientas la ropa o te restriegas los ojos y te ves libre de heridas, empiezas de todos modos a sentir el dolor. Porque nos lo dijo papa Hemingway, “no preguntes por quien lloran las campanas, lloran por ti”, que eres parte de esa humanidad que corre por la vida, y no eres una isla en ti mismo, sino parte de la carrera en las que estamos todos. Descanse en paz Daniel Jimeno, que nos ha dado la ilusión de la lucha y nos han demostrado que la vida no es mas que una carrera esquivando la fecha de la muerte.

ALBANIA SALE DEL MISTERIO.