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19.4.11

Gagarin, Laika, Glenn....ángeles de metal


La tierra tiembla con la virulencia de un terremoto y el horizonte refulge con una llamarada mas potente que el sol. Sientes ese estremecimiento al ver como se levanta un cohete en busca de los cielos concretos. Lo vi y sentí cuando la carrera espacial retomó sus bríos en los años ochenta con el lanzamiento del primer trasbordador espacial desde Cabo Cañaveral. La ilusión por el espacio había regresado y los atascos en las carreteras de Florida casi nos dejan sin poder hacer la retransmisión. Era casi el último escopetazo. Reagan forzó la máquina tecnológica, cayó el muro, y rusos y americanos terminaron compartiendo vuelos y estancias en una estación orbital.
 Hubo un antes mas heroico; y el después actual en el que los minutos de televisión son caros de robar para meter un nuevo logro en la conquista del espacio. Antes los astronautas eran héroes, ahora empiezan a ser tan anónimos como los pilotos de líneas aéreas. Pero en un ejercicio de reconocimiento y nostalgia, esta semana el primero de todos ellos, el ruso Yuri Gagarin, ha vuelto a su minuto de gloria planetaria. Sobrevivió a un rudimentario cacharro que le sacó más allá de nuestra respirable atmósfera, y terminó sucumbiendo a un simple accidente de avión. Cuando el mundo se dividía en bloques por siglas, URSS vs USA, un hombre ruso fue el primero, con permiso de la también rusa perrita Laika en el Sputnik-2.
Los americanos reforzaron su inversión hasta colocar a otro hombre para escribir su nombre en las estrellas, John Glenn, el primero en orbitar tres veces la tierra y longevo senador después. Tom Wolfe nos dejó una reseña completa de aquel proyecto inicial americano para conseguir el primer vuelo tripulado en The right stuff (“Lo que hay que tener”), llevado posteriormente al cine. Pero sobre todo la competencia provocó el empeño kennediano de poner un hombre en la Luna. Grandes noches y momentos televisivos sin parangón. Un gran prólogo a nuestros días de borrachera tecnológica. La carrera espacial nos permitió las conexiones globales que ahora parecen triviales. Pero hubo un tiempo -tan lejano como hace 50 años- en que ser héroe en la Tierra subiendo al cielo era privilegio de un solo ángel de metal, visto y adorado al tiempo por la Tierra entera.

21.12.10

MIRA AL CIELO

Es tiempo de levantar la mirada al cielo, nuestra gran pantalla natural, que de forma real o simbólica muestra signos de los cambios que se auguran. No solo es una clave bíblica, también se nota ahí arriba la reformulación tecnológica del mundo en el que vivimos o vamos a vivir. Primero fueron los cohetes espaciales no tripulados, después las orbitas de los astronautas alrededor de la Tierra y por fin la mirada incrédula ante el televisor para ver al hombre pisando la Luna. Despues de una época de olvido, volvimos de nuevo la mirada hacia los cielos concretos al empezar los ochenta con la puesta en marcha del l transbordador,   capaz de hacer el viaje de ida y vuelta. Fue en abril del 81 cuando la carrera espacial tomó un nuevo impulso. Fue tanta la expectación para el lanzamiento de la Columbia que las carreteras de acceso a cabo Cañaveral se vieron atascadas y los periodistas casi nos perdimos la ocasión de llegar a transmitirlo a la audiencia. Llegué sin aliento a la colina donde estaban apostados los miradores de la prensa para comprobar que el reloj de la cuenta atrás se había detenido por un pequeño fallo. Dos días mas tarde lo previsto, dos lenguas de fuego levantaron la nave hacia arriba y se fue perdiendo de la vista hasta entrar en órbita. Los vuelos de ida y vuelta se hicieron rutina. Hasta que la misma nave 22 años mas tarde, se desintegró al reentrar en la atmósfera con siete tripulantes a bordo. En esta navidad del dos mil diez, todos los trasbordadores restantes  pasaran a ser piezas de museo. Una etapa del descubrimiento de los cielos termina, creando paro entre astronautas en el cielo, como la de tantos otros currantes en tierra. Síntomas celestiales de un nuevo cambio en el que estamos inmerso. Una estrella guió a los Reyes y a la humanidad entera hacia una nueva era. Y ahora debemos interpretar estos cambios en nuestro cielo concreto de los ángeles de metal como parte de la nueva civilización en la que vamos entrando poco a poco con el milenio. Atentos a la pantalla, digital o natural, que algo nuevo llega....

OSCAR MARINE, EL DISEÑO TOTAL.

        OSCAR MARINÉ es al diseño lo que María Callas a la ópera: la totalidad. Hoy desplegó sus juguetes en el Ateneo. Desde aquellos anunc...