30.6.13
29.6.13
27.6.13
DE LA PIEL PA DENTRO.
DE LA PIEL PA´DENTRO
http://www.youtube.com/watch?v=HcJxdjAhILo
PRIMER PREMIO PRINCIPE DE VIANA DE VIDEOCREACION
FESTIVAL DE NAVARRA. 1996
PRIMER PREMIO FESTIVAL DE CULLERA, VALENCIA 1996
MENCION DE HONOR FESTIVAL DE VITORIA 1996
Festival de LAS PALMAS. 1996
Muestra de Video de Larrotxene. SAN SEBASTIAN. 1997
Muestra de Video Independiente CCCB. BARCELONA. 1997
Muestra de Video Independiente de TENERIFE. 1998
MEDIAWAVE. Internacional Festival of Visual Arts. GYOR. HUNGRIA. 1997
ALTER-NATIVA. Internationa Short Film Festival. TARGU MURES. RUMANIA. 1997
http://www.youtube.com/watch?v=HcJxdjAhILo
SECRETOS A VOCES / HOMELAND
SECRETOS A VOCES
Javier Martín-Domínguez
Una de las tareas que causa mayor desazón al ciudadano
contemporáneo es la de conservar en la memoria sus códigos secretos. Su número
crece con la complejidad del mundo que vivimos. Para asegurar la privacidad
debes mantener en secreto tu código de la tarjeta de crédito o del móvil, las
claves de acceso al correo, a la cuenta de FaceBook o la televisión de pago. De
tanto ofrecernos y pedirnos que tengamos nuestros códigos personales secretos
hemos llegado a creer que la privacidad en el mundo digital estaba asegurada. Y
en estas aparecen en escena Assange y Snowden, tirando por tierra toda creencia
en el privacidad al asegurarnos que todo lo que viaja por la red esta siendo
espiado por los poderes establecidos. Snowden es el hombre del momento,
protagonizando una odisea intercontinental digna de las memorables historias de
espías de la guerra fría. Los guionistas actuales compiten en grado de
imaginación y truculencia a la hora de encarar las nuevas tramas del mundo
convulso que vivimos tras la caída del muro. El botón de muestra mas palmario
es el de Homeland, ahora emitida por
Cuatro, en la que el rescatado prisionero de guerra americano Nicholas Brody
termina convertido en el máximo sospechoso de pertenecer a una red terrorista
islamista que quiere atentar contra el candidato a la presidencia. Las técnicas atribuidas al centro de
contraterrorismo de la CIA llegan a superar a las revelaciones tipo Snowden que
han sorprendido a medio mundo, pero no tanto a los propios norteamericanos
seguidores del serial. Ya el título “Patria” deja a las claras que los trabajos sucios de las agencias
del poder se hacen por la socorrida razón de estado. Localizar a los enemigos
de la patria empieza a justificar cualquier método de espionaje. Desde
instalarte cámaras en casa a leerte tus correos privados. Mientras nos
divertimos con las series televisivas de espías, los verdaderos agentes se
pasan el rato fisgando en algún romance secreto vía e-mail. Es el nuevo
mandamiento del entretenimiento digital: distraeros los unos a los otros, con
secretos a voces.
20.6.13
EL OLOR DE LAS MANZANAS VERDES. Relato
EL OLOR DE LAS MANZANAS VERDES
Javier Martín-Domínguez
No me lo descubrió nadie. Fue un pensamiento que llegó con
la edad. De repente me di cuenta de que los que yo tenía como los recuerdos mas
antiguos de mi infancia, recuerdos claros, con sensaciones incluso físicas, no
eran verdad. Desde siempre, ese siempre infinito que se hunde en el principio
de tus tiempos cerebrales, había tenido como mi primer recuerdo y mi primera
sensación de vida, los golpes que se daba mi cabeza contra una caja- de cartón
o de madera, eso no era tan claro –que estaba sujeta al trasportín de una
bicicleta. Yo no tuve cigüeña, vine al mundo en bici metido en una caja. Así lo
creí durante años. De la misma manera lo olvide, y lo volví a recordar, dándome
cuenta de que era inverosímil. Una lógica elemental me obligó no solo a dudarlo,
sino a descartarlo de mi currículum vital.
Por el mismo razonamiento he llegado a descartar que pudiera
recordar un olor desde antes de cumplir un año acostado en la cuna en la
habitación de mis padres. Ni mis hijos recuerdan lo que le pasó incluso con
unos años mas de vida. Así que debería descartar que yo supiese con solo unos
meses lo que era el olor a manzana. Mi padre era un obseso de las
manzanas reinetas, que las encargaba por banastas y que depositaba en el
sobrado para hacerlas madurar. Luego las esparcían por el suelo de la sala de
juegos, hasta que las mas tiernas llegaban al frutero del salón. Debió haber manzanas reinetas encima del
armario del dormitorio de mis padres cuando yo era solo un bebe, y su aroma ha
inundado mi nariz desde entonces. Si de verdad no llegué al mundo en una caja,
al menos puedo identificarme con el bocado de Adán. Lo paradójico es sentirse
uno extraño de si mismo, con estas memorias implantadas. Como en aquel querido
verso de “voy a soñar un sueño por ti esta noche”, te despiertas un día en tu
madurez con una parte de tu memoria infantil soñada para ti por quien sabe
quien.
Miramos en el espejo retrovisor de la infancia cuado ya es
imposible recuperar sus perfiles completos, y los edulcorados con un halo de
nostalgia. Puede que hasta nos la reinventemos a base de recrearnos en su
alegría o en su dolor. Hasta la
larga cicatriz que me rasgo el
muslo, obra de un descuido y una púa de alambre, ha terminado con los años
absorbida por estas células que no paran de crecer. Ni lo mas real puede quedar
acreditado. Pero mas allá de cada hecho concreto, lo que si es permanece es la
atmósfera del tiempo que fue de felicidad o de los momentos de represión
familiar o escolar.
A la espalda de mi escuela de infancia, al otro lado de los
grandes mapas de colores, había
unos renglones casi perfectos de tierra que el señor Félix y sus bueyes habían
abierto con un vetusto arado romano. Debían acabar en el aserradero de madera.
Pero vistos desde la escuela parecían infinitos. Sería por eso que no nos
interesaban para nada. Cuando estaba bien entrada la primavera, los surcos
habían desaparecido, poblados por un trigo verde y alto, mas alto que
cualquiera de nosotros. Era entonces cuando la espalda de la escuela volvía a
ser nuestra selva de juegos. Nos escondíamos entre las hileras del sembrado,
tirábamos de las espigas tiernas para comer los tallos y acabábamos empujándonos y cayendo
sobre aquel colchón verde surgido del páramo. Cuando vimos al señor Félix hablando con la maestra en el frontal
de la escuela, no necesitábamos oír ninguna palabra para saber la que se
avecinaba. Desde ese momento, pasar el recreo en la espalda de la escuela era
una opción vedada.
Cuando ya apretaba el calor, y la mies se volvía amarilla,
nuestros ojos y nuestras manos se volvían hacia el mundo animal. La caza de
lagartijas, que terminaba en el sádico ritual de cortarles la cola para ver si
volvía a crecer, era el pasatiempo favorito. Entre los hierbajos secos veíamos
saltar a unos seres diminutos, que iban creciendo de tamaño día a día. Eran los saltamontes que preludiaban el
verano y las vacaciones. Había que tener el ojo agudo y la mano presta para
taponar su salto y atraparlos. Notabas el cosquilleo de su patas en la palma.
Con mucho mimo hurgabas dentro del puño con el dedo de la otra mano y por fin
los estirabas para desplegar aquella alas casi trasparentes, unas azuladas,
otras rosáceas. Conseguí tantos que me sentía orgulloso al acumularlos en una
bolsa de plástico. Cuando la maestra batió las palmas en el porche para
anunciar la vuelta a clase, me entró la desazón. ¿Qué iba a hacer con mi
botín?. Como los niños son incapaces de ocultar nada, entre los cuchicheos de
mis amigos y mis miradas debajo del pupitre, la maestra terminó apoderándose de
mi bolsa. Con la cara enrojecida, desfilé entre los pupitres, salí al patio y
solté a los saltamontes. Aprendí que a lo seres vivos no se les puede encerrar
y menos en una bolsa sin posibilidad de respirar. Hasta entonces lo único que
teníamos prohibido era asaltar los nidos de los pájaros y coger sus huevos. Ese
si era un gran pecado mortal. Y por encima de cualquier otro, tirarles los
nidos a las golondrinas. En ese mundo incomprensible e inescrutable de los
mayores, los pájaros estaban en lo sagrado y en cambio los peces eran un botín
codiciado. Si no sabias cercar a una trucha, avanzando sigiloso por el agua y
bordeando las piedras entre las que se escondía, eras objeto de risas burlonas.
En aquella geografía real de mi infancia, los ríos estaban limpios, poblados
por peces y cangrejos, y nos bañábamos desafiando las corrientes. Fue allí,
entre saltos y chapuzones, en la poza junto al molino donde terminó mi
infancia. No se si lo dijo Lucas o fue una ocurrencia de Toño, los mayores de
la escuela. “La infancia se acaba cuando te enamoras”. Una vez sabido cual era
el principio del fin, lo único que quería era dejar de ser niño. En verano llegó una chica rubia para
pasar sus vacaciones. Subía hasta la charca y vestía un bañador verde con una
franja blanca. Yo solo tenía ojos para ella, y deje de lado los saltamontes y
las ranas. El día se resumía en verla o estar cerca de ella. Se habían acabado
los días de la infancia. Así lo creí entonces. La guapa niña rubia nunca
volvió, y ya no sabría ni dibujar su cara. Pero nunca me ha abandonado aquella sensación íntima y
evanescente del olor penetrante a verdes manzanas.
Publicado en la revista INTRAMUROS. 2013
19.6.13
DETECTIVES CASEROS. BRUNETTI & MONTALBANO
DETECTIVES CASEROS
Javier Martín-Domínguez
En esta época de sospechas y fechorías es bueno avisar a los
detectives para que entren en la escena aunque sea por la puerta de atrás, que
en términos televisivos se llama La 2. Discretamente, como demanda su oficio,
se han presentado ante nosotros los comisarios Montalbano y Brunetti para
protagonizar sendas series ambientadas en Italia, bañadas de aires
mediterráneos que nos resultan propios. Hemos visto tantos detectives
americanos metidos en nuestro salón, que parece extraño que existan agentes de
la ley nacionales o para mas ende europeos, resolviendo casos en el mundo
catódico. El contraste es claro. Frente a las persecuciones en coche, aquí
destaca la ambientación en pueblos o ciudades, desde Sicilia a la bella
Venecia. Frente al predominio de la tecnología científica a lo CSI, aquí prima
el carácter y la intuición personal del detective. Brunetti protagoniza las
novelas de Donna Leon que los alemanes han convertido en serial de alta
calidad. La ciudad de los canales se nos presenta como un ente con vida propia
recuperada de los estragos turísticos para mostrar sus actos mas sórdidos.
Tanto Brunetti como Montalbano pecan de heterodoxia en los métodos para
resolver los casos, en los que sus gastos gastronomicos o la influencia de la
propia familia juegan papeles determinantes. Satisface este ataque de
europeismo de TVE para deleitarnos con otro ritmo, otra estructura, otro
lenguaje en suma para afrontar esta temática tan eficaz para el medio, frente a
la narrativa mas esquemática del modelo americano. España ha tenido sus nombres
propios recientes en la novela de detectives llevadas al audiovisual, desde
Plinio a Pepe Carvalho, y la mas actual Laura Lebrel. Ahora que estamos
rodeados de casos reales que parecen mas peliculeros que la ficción- desde
horrendos crímenes a tramas corruptas –es hora de ir preparando nuevas series
españolas que nos sirvan como espejo para encontrar nuestra propia verdad. Los
crímenes por resolver se presentan aquí como meros mcguffins, elementos de
suspense, para radiografiar la sociedad en la que vivimos.
18.6.13
16.6.13
15.6.13
14.6.13
Tokujin Yoshioka’s installation
Tokujin Yoshioka’s installation
Japanese designer Tokujin Yoshioka created an installation that surrounded his artwork and filled a large gallery space in Miami with 2 million transparent straws.
ELENA PONIATOWSKA. Un espíritu fino
Elena Poniatowska, que habla y escribe de la misma manera, no da puntada sin hilo. Escritora de la verad. Aqui, tras nuestra comida en el bello espacio de la Universidad de Sor Juana en el DF, firmandome la dedicatoria de la reedición de su libro sobre Tlatelolco. Un espíritu fino, parafraseando a Monsivais. Una mujer de una pieza.
13.6.13
Margaret von Trotta presenta en Madrid HANNAH ARENDT
Magaret von Trotta presentó en el Palafox de Madrid su profunda y cuidada película sobre la filosofia alemana Hannah Arendt. Una noche de reflexión, en compañia de mi querida Margaret von Schiller, en la semana de cine Alemán, que cumple 15 años. Y que siga....
12.6.13
ELIAS QUEREJETA. “Haz que esto no acabe nunca"
EL SELLO DE ELIAS
Javier Martín-Domínguez
Erice y Querejeta reiben la Concha de Oro en San Sebastian 1973
El viejo Cine Doré, sede de la Filmoteca Española, esconde a
la izquierda de su escalinata interior un rincón a modo de salita de espera,
estratégico para ver sin ser visto. Creo que fue el lugar donde charlé por
última vez con Elías Querejeta mientras el público asistía a la proyección
homenaje del documental realizado por Alberto Bermejo y Gerardo Sánchez,
reemitido como polaroid de urgencia por La Dos. Ese espacio parecía el
escenario mas apropiado para Elías, amante de la intriga y experto en la
estrategia. También elegía las mesas de restaurante allá al fondo, para
desmenuzar un nuevo proyecto. Complejo, intimo, cautivador, sagaz…Solo alguien
así podría haber levantado el nuevo atlas del cine español en pleno franquismo.
Había que saber mucho de driblings, como
un buen futbolista, para poder sortear la censura, para elegir guiones y
directores metafóricos, y para encontrar los medios que dieran a la gran
pantalla un oxigeno necesario. Tras sus raybans opacas, Elías disfrutó esa aventura. Se ha ido El
Productor, con mayúsculas, como le tituló Méndez-Leite en la otra pieza
documental sobre Querejeta. Hizo una camada en torno a él, desde Saura a
Chavarri, de Martínez Lázaro o Gutiérrez Aragón, que iluminaron el paso mas
difícil desde cine del Régimen al de la libertad. Creó realmente otra forma de
hacer el cine en España, y con su alma empedernida de delantero de la Real no
cejó en la carrera nunca. Ni cuando cambiaron los tiempos. Iniciado en el
documental, volvió en los últimos años al genero con exigencias de fondo y
forma. Y hasta agarró por los mismos cuernos la cuestión vasca, porque nada se
le ponía por delante al chico de Hernani. Siempre estaba en la brecha, como
abeja independiente que sortea el espíritu de la colmena. Exigente y
testarudo, era una sombra que se
extendía por todos los aspectos del proceso para llevar a puerto una película.
Así consiguió su sello. Recordaba él mismo que Ana Torrent le dijo al terminar
el rodaje de El espíritu de la colmena con Victor Erice. “Elias, tu que puedes, y eres el productor, haz que esto
no acabe nunca”. Una película sin fin.
11.6.13
10.6.13
NARUHITO EN ESPAÑA. 400 AÑOS DE LA RELACION ESPAÑA-JAPON
NARUHITO será el proximo emperador japonés. Visita España en la celebración de los 400 años de relación entre los dos países.
recupero la historia que escribí tras la entronización de su padre Akihito.
EL
ESPEJO DE LOS DIOSES
Por Javier Martín-Domínguez
Apenas
se necesitan dos horas en el expreso de Kioto para llegar al tesoro mejor
guardado de Japón. En el punto de destino, carpinteros y constructores cortan y
ensamblan vigas, tablones y maderos para rehacer una vez mas el templo de
Ise. Demolido y vuelto a levantar
cada dos décadas, Ise es sometido a este
laborioso rito de constancia desde hace mil quinientos años. De
apariencia simple en su diseño y ejecución, la construcción atrae por la rojiza y olorosa madera de ciprés, una
madera que pasa por incorruptible. Un noble envoltorio para arropar al mas
antiguo vinculo de las islas del sol naciente con su mítico pasado. Aquí se guarda
la prueba de que una diosa ensimismada en un espejo alumbró Japón gracias a ese gesto de curiosa vanidad. Ella era la diosa sol Amateratsu y el
tesoro de Ise es su espejo.
Si
viajar por un país desconocido les resulta a autores como
Paul Theroux la experiencia mas cercana a escribir una novela, bucear en la mitología de una cultura ajena es lo mas próximo al
poema y al sueño. La mitología y
la historia japonesa se enredan en la misma columna cultural que permite decir
que la linea dinástica que llega
hasta el actual emperador
Akihito nunca ha sido interrumpida. Esta entroncada por tanto en aquellos
dioses. Desde el príncipe celestial Kami Yamato Iwarebiko, y durante setenta y
dos generaciones en orden directo de sucesión, el espejo ha pasado de mano en
mano, del emperador fallecido a su heredero, como si el ser japones se
fundamentase en la necesidad de mirarse en el mismísimo espejo de los dioses.
Una cultura de miradas y reflejos, de verse y reflejarse en un objeto. Japón
es, como observó Roland Barthes, el imperio de los signos, la tierra del gesto
vacio, el símbolo, el detalle que se presenta como el todo. El producto de
una mirada ensimismada, de una contemplación absorta de cada aspecto parcial
del mundo.
Quizá
no haya momento mas singular para atestiguarlo como la ceremonia de entronización
de un emperador que es al mismo tiempo el supremo sacerdote de la religión
sintoísta. En el acto se dan cita el heredero de los dioses, el espejo de la
diosa ensimismada y la parafernalia creada para la ocasión por los mas
destacados artesanos del archipiélago.
Habían
transcurrido casi dos años del doliente funeral por el longevo y controvertido emperador Hirohito, cuando
las casas reales, jefes de estado y cancillerías de todo el mundo fueron
convocadas de nuevo para un viaje al Extremo Oriente. Todo ese tiempo se había
demorado la subida de Akihito al trono del crisantemo, un voluminoso artefacto
de casi diez metros de altura y ocho toneladas de peso que representa una
montaña donde Amateratsu colocó a su nieto para iniciar así la familia imperial
6oo años antes de Cristo.
No
es usual en país alguno que un rito de sucesión se haga esperar tanto. Pero la
Agencia de la Casa Imperial japonesa- un verdadero imperio de funcionarios y
cortesanos conocidos por su meticulosidad y también por sus intrigas -era
consciente de que iba a escenificar un guión escrito hace mas de un milenio y que llevaba sesenta y dos años sin
representar. No debía escatimar en precauciones.
Las
manos mas diestras y las cabezas mas claras fueron convocadas para planificar
el ceremonial y embellecer los jardines de palacio. Iban a desplegar, bajo el
sol, el Japón esencial: kimonos teñidos especialmente para la ocasión, música clásica interpretada al koto, recipientes lacados y utensilios de
bambú rizado, singulares espadones
y objetos sagrados. Akihito se presentaría en público ante el mundo rodeado de
las cosas y las formas que reflejan el Japón de siempre. Sus autores, los
mejores entre los mejo
res de los
viejos maestros artesanos, no robaron protagonismo al emperador en su gran día,
pero hoy salen a la luz mostrando aquí sus caras historiadas convertidas en un
espejo de los dioses.
Ellos
son los conservadores de la
memoria de las cosas, los encargados de mantener la objetualidad de lo
profundamente japonés tan viva como la vieja ceremonia de entronización. Un
puñado de ellos son elevados a un trono especial, el de Tesoros Vivos de Japón,
como reza su título oficial. En la actualidad, este club abnegado y distinguido
de lo mas esencialmente japonés apenas lo componen setenta personas venerables
por trabajo y por edad. No es
fácil asistir a estos ritos tan separados en el tiempo y por tanto poder ver
reunid
as obras y
gestos del antiguo Imperio del Sol Naciente para deleite de los ojos del mundo postindustrial. El
paciente y solitario trabajo de los artesanos tenía aquí por fin su día bajo el
sol. Ellos son la memoria viva del país. Muchos de los miembros de este
singular y destacado grupo de Tesoros Vivos están entre los pocos que habrían
podido contemplar la entronización previa acaecida más de medio siglo antes.
Si
los meteorólogos de palacio fueron consultados sobre la conjunción de los
astros, su elección de fecha fue
el primer resultado positivo de los largos preparativos. En contraste con dos
años atrás, cuando un Tokio acortinado de lluvia, oscuro y ventoso dio su
despedida al emperador fallecido, aquel día de noviembrte de mil
novecientos noventa amaneció con una atmosfera limpia y un sol brillante. El
astro rey no podía fallar a la cita, porque la mística de Japón se encierra
precisamente en un triangulo formado por el sol, una mirada y un espejo.
En
este rito, que probablemente sea el mas antiguo de los vigentes en el mundo,
los japoneses celebran la llegada al trono de un hijo de los dioses, miembro de
una dinastía nunca interrumpida desde los tiempos en los que la verdad y la
leyenda se entrecruzan en el sueño de la historia, y en la que Akihito
ocupa el numero ciento
veinticinco. (Los historiadores convienen en que los catorce primeros
emperadores corresponden a figuras míticas y constatan que la linea de sucesión
se rompió una vez en el Siglo Sexto, amén de las posibles contribuciones de las
concubinas reales que no
abandonarían palacio hasta este
siglo por orden de Hirohito
Akihito
había esperado largamente este momento, después de tantos años de antesala en el trono. Siempre fue el esperado
que tuvo que esperar. A los siete días de su nacimiento, su padre
Hirohito se decidió por fin a escribir formalmente en un papel hecho para la
ocasión el que seria su apelativo: Príncipe heredero Akihito; que traducido al
español significa precisamente
“Claro como el cielo del otoño”. El juicio de la historia sobre el
mandato del nuevo emperador esta por dictar, pero los meteorólogos de palacio
ya habían conseguido pasarlo.
Lo
mejor de Japón lucía bajo la claridad del cielo que protegía
esa isla verdosa y apacible en el centro de la bulliciosa Tokio que conforman los jardines del Palacio
Imperial. Con leves cambios cosméticos, aunque obviamente con otros personajes,
el ceremonial podía haber estado discurriendo un milenio y medio atrás. Un trasunto de gestos y formas
emparentados con un pasado que en otras latitudes hace tiempo que dejó de
existir. El tono de anciana perennidad está en el fondo del acto y en cada uno
de los objetos que lo rodea. El tinte y diseño de las telas, el perfil de las
espadas, los lamentos del koto... salidos de manos que también llevan en su gen
artístico memoria de generaciones.
Veintiséis
banderas, incluidas el banzaiban y el daikinban, coronaban a la multitud de ilu
stres
invitados que habían formado un rompecabezas protocolario solo comparable en
esta última parte del siglo con el del funeral del anterior emperador.
Espadas,
arcos y escudos eran blandidos por un centenar de hombres ataviados con la
vestimenta tradicional de los guardias de la corte. La emperatriz Michiko paseó
un kimono de cinco capas, tan
colorista y vistoso como los ropajes empleados en el kabuki, y que superaba en
peso al de su propio cuerpo. El emperador, con pasos dignos del temple y la
delicadeza del teatro No, avanzó
por el pasillo cubierto del Seiden, vestido con telas teñidas con hojas de
zumaque salvaje para conseguir
un tono marrón
rojizo, un color solar. Le acompañaban los chambelanes portando el sable
sagrado y las joyas. Dos de los
tres tesoros imperiales que simbolizan el trono. El tercero, el espejo de la
diosa, escaparía a la vista de los
ilustres invitados y de los curiosos de la solemnidad. El protocolo y la
historia le guardan el privilegio de presentarse en solitario ante el pequeño
templo levantado al efecto para
asomarse al Kashi-Kodoro, el
espejo sagrado.
Cuenta
la leyenda, cuasi-história para Japón , que la diosa sol Amateratsu se encontraba tan apenada que replegó sus rosáceos dedos y
se escondió en una cueva. El resto de los dioses incapaces de convencerla para
que devolviese la luz a las islas mas orientales montaron finalmente una juerga
cercana a la orgia. El jolgorio terminó
despertando la curiosidad de la diosa y cuando dejo entrever un destello el
espejo mágico capturó sus rayos de curiosidad y se restableció la luz para
comenzar la odisea de Japón en el tiempo. Ese es el Kashi-kodoro, el espejo que
se guarda entre maderas de ciprés en el templo de Ise, el centro más sagrado de
Japón y del que nunca se mueve. Para el momento culminante de la entronización lo cierto es que ni el
mismísimo emperador llega a verlo, porque se utiliza una replica.
Tampoco
el segundo de los tesoros de la corona paseado en la ceremonia es el de antaño. La espada
imperial es un copia del arma
original perdida siglos antes en una batalla feudal... Será por eso que lejos del bullicio y los festejos de la
corte de Tokio, hay quienes procuran que ni la historia ni la gran fiesta
imperial se puedan quedar de nuevo desprovistas de tesoros que lucir.
Repartidos por la geografía del archipiélago nipón, los Tesoros Vivos del país
siguen trabajando en la
búsqueda objetual de sus esencias, reproduciendo con técnicas depuradas el
sueño de la memoria de Japón. Son verdaderos museos biológicos que conjugan la veneración al arte y al
maestro, al sensei. Japón, entre
sus raíces confucianas y su propia historia, es una cultura de discipulo y
maestro, donde el mérito está en
la constancia y en el perfeccionamiento de la técnica para la consecución de la obra maestra.
9.6.13
ELIAS QUEREJETA. EL PRODUCTOR INFATIGABLE
Adios Elias, el maestro del cine español de autor. Crecí con sus películas de los setenta. desde El espíritu de la colmena- en mi primer festival de San Sebastian -, hasta nuestras interminables comidas para dar alas a nuevos proyectos en los noventa.
Infatigable, creativo, listo.....se inventó la nueva historia del cine español en la segunda mitad del siglo XX.
8.6.13
7.6.13
6.6.13
MUÑOZ MOLINA. El lenguaje del periodismo ( Del documental LA ÚLTIMA PALABRA)
En el documental LA ÚLTIMA PALABRA sobre la Real Academia Española y el futuro del español ( dirigido por Javier Martin Dominguez ) rodamos a Muñoz Molina cuando se preparaba para ingresar en la principal institución de la lengua española.
Entre otras cuestiones, reflexionó sobre el lenguaje del periodismo.
Antonio Muñoz Molina:
"El
lenguaje del periodismo muchas veces lo que te permite es estar en contacto con
lo más putrefacto. El periodismo es muchas veces un producto extraño de un
maridaje entre la política, los periodistas, los grupos de presión y muchas
veces el lenguaje del periodismo es el lenguaje de la política y suele ser muy
falso, muy poco sincero. Es un lenguaje que se utiliza para enturbiar, para
confundir sin ir más lejos, por ejemplo el lenguaje que utilizan los
terroristas en sus comunicados, el lenguaje turbio porque es el lenguaje de la
mentira. El lenguaje de la política es un lenguaje hecho para encubrir y un
lenguaje muchas veces hecho con descuido con pedantería.
Una cosa que le hace
mucho daño al idioma es la tontería. El otro día estaba leyendo en un periódico
importante, decía no sé que
cosa es visible para el ojo desnudo,
en castellano se dice a simple vista esa es una tradición literal del
inglés.¿Por qué nadie se molesta en recordar que español se dice a simple
vista?. Me molesta mucho que ya parece que no existe la expresión: al día
siguiente, si no que se utiliza el día después y eso surgió justo cuando se
estrenó una película que se llama :”The day after”, que era sobre una explosión
nuclear. El título de esa película se tradujo como “El día después” y ya eso queda. El estar atento al periódico te sirve
para saber cómo se habla, pero también te sirve para estar en guerra
permanente.
El idioma hay que
defenderlo de aquello que tiene que ser defendido, no de cosas que no necesitan
defenderse. Pero yo creo que en el
periodismo en los medios de comunicación y tal, no por una perversión
intrínseca del periodismo y los medios de comunicación sino por algo
verdaderamente fundamental que es la degradación de la enseñanza, es como una
bola. Si a la gente se le enseña mal a escribir y a leer y a expresarse, la gente llega a la
universidad con faltas de ortografía no se las corrigen, cuando llegan a los
periódicos escriben mal y ya no hay correctores ni editores, entonces todo se
va acumulando."
5.6.13
CARTA A EVA. Llora por mi....
Julieta Cardinali como Evita
Luz frente a oscuridad. Acción frente a inmovilismo. Lo renovado frente a lo caduco.
La lucha de contrarios, madre de todos los guiones, está en la base del
enfrentamiento de dos personalidades tan opuestas como Evita Perón y Carmen
Polo de Franco en la miniserie dirigida con pulso y acierto por Agustín
Villaronga para TVE. El personaje de la líder populista argentina siempre ha
sido un filón para generar obras de interés. Desde el trabajo de Andrew Lloyd
Weber, Evita es un nombre resaltado en oro para el musical, cine o el teatro.
Actrices y cantantes del peso de
Patti LuPone, Madonna o Paloma San Basilio han seguido dando fuerza carnal al mito. El ángulo propio
aportado por Cartas a Eva, en torno a la ayuda Argentina a la España franquista
de la autarquía, se ha probado interesante y fructífero. Una nueva Evita,
protagonizada con belleza y acierto porJulieta Cardinali, se suma a la lista de
reencarnaciones. Le da la replica la siempre eficaz Ana Torrent que ha hecho un
largo y sólido viaje interpretativo desde la niña en la mítica El espíritu de
la colmena hasta esta “Carmen collares” de rictus ajado y altanero. La
miniserie ofrece unas calidades de guión e interpretación que ya quisieran
muchas películas españolas dirigidas al estreno en sala. A la solidez de estos
valores se suma una ambientación muy destacada, en escenarios y vestuario. Y
sobre todo debe resaltarse el ritmo adecuado dada a la historia para retratar
con interés para la audiencia un momento turbio y triste de nuestro pasado
reciente. La España del hambre y la represión contrasta con los fastos de El
Pardo y el asalto de las damas del poder a las joyerías, acentuando los
contrastes de una época mórbida. Era un tiempo de llorar por aquella España a la que llega el rayo
de luz de la milagrera Evita. Villaronga, redimido por fin para el gran cine
por Pa negre, bendice esta película-en-dos-partes reservándose el guiño de
actuar como capellán de los Franco. Botón de muestra de la calidad del reparto
hispano-argentino, incluida una brillante Carmen Maura. Nuestra verdadera
Carmen.
EVA PERÓN: JULIETA CARDINALI
CARMEN POLO: ANA TORRENT
JUANA DOÑA: NORA NAVAS
PACA: CARMEN MAURA
FRANCO: JESÚS CASTEJÓN
LILIAN: MALENA ALTERIO
JUAN PERÓN: HÉCTOR COLOMÉ
VALIA: MARINA GATELL
ALEXIS: JULIÁN SOLER
MANOLO: RUBÉN OCHANDIANO
JEFE DE POLICÍA: CARLOS FUENTES
CURA PRISIÓN: ANDRÉS HERRERA
PÁRRACO NUNCIO: MINGO RAFOLS
FUNCIONARIA PRISIÓN: MARÍA ISASI
PACÓN: FERMI REIXACH
POLICÍA DE PAISANO: IVÁN MORALES
GENARO: MARCEL BORRÀS
RAMÓN: BRUNO BERGONZINI
3.6.13
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LA PEOR CAMPAÑA DE LA HISTORIA. ELECCIONES´24
Ha habido campañas cruciales (Nixon vs. Kennedy), campañas insulsas (Bush vs Dukakis), campañas ideologizadas (Reagan v. Carter), … campañas...
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Leonora Carrington (segunda por la izquierda en la primera fila de abajo), fotografiada en NY con los miembros del grupo surrealista en ...
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El retrato de Leonor Carrington pintado por Max Enrst en 1940, durante su estancia en la ciudad francesa de Saint Martin D¨Ardeche, que fue...
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A traves de su jefe de cultura de aquel momento, Juan Cruz, El Pais me pidió con urgencia una crónica desde Nueva York sobre el asesinato de...