EROTICA DE PODER
Javier Martín-Domínguez
De la misma forma que se reparten la vacaciones en las
empresas, las series hacen sus equilibrios de calendario para no dejarnos sin
intriga en nuestro salón. El mismo día que se despedía la temporada de Homeland
(Patria) en Cuatro, reaparecía en La Sexta el culebrón de Juego de Tronos.
Aunque ambientas en épocas dispares ambas beben de la misma pócima: la
enrevesada lucha por el poder aderezada por inconfesables deseos sexuales. La
erótica del poder es la argamasa que teje ambos relatos. Son producciones norteamericanas para
canales de pago. Homeland es el éxito de Showtime y Tronos de HBO. Eso explica que dentro del recatado
panorama de las producciones americanas estas hagan gala de un gancho erótico
mas subido de tono de lo habitual en la televisión convencional. Juego de
Tronos, ambientada en un tiempo medieval indeterminada, es la mas explicitada,
llevando los saltos de cama a un nivel mas claro y directo. La fantasía
histórica rodada en soberbios parajes irlandeses alcanza su climax en las secretas relaciones cruzadas,
por encima de las batallas con punzantes espadas. Homeland progresa a base del
enemigo desconcertante que es el terrorista agazapado. Pero su baza principal
para poner de nervios a la audiencia es la atracción fatal que sienten
perseguidora y perseguido, máxime cuando este es un prisionero de guerra
americano reconvertido en islamista infiltrado luchando contra su propio
establishment. Finalmente sentimos que no
hay héroes y villanos, sino personajes que viven en la dualidad. Su meta
es alcanzar el poder (o destrozarlo), pero este se demuestra tan complejo y
lleno de sinsabores que el aderezo de relaciones necesarias para
conquistarlo termina siendo el
verdadero disfrute. De los protagonistas y de la audiencia. La versión hispana
de la semana ha sido el telefilm dedicado a Mario Conde, que apuntaba maneras
sin llegar a entrar a saco con ambas vertientes de la historia. Nuestro rico
presente en batallas y dilemas entre los poderosos será sin duda caldo de cultivo de grandes
series sobre la España del siglo XXI.
El correo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario