INFORME SOBRE INFORME
Hace bien TVE en celebrar a bombo y platillo el formato mas
longevo de nuestra televisión, Informe Semanal. En un país arrasado por la
modernidad y el descrédito al pasado, es asombroso que algo no haya sucumbido a
la filosofía de cambiar por cambiar. Tambien es cierto que mas allá del título
casi nada ya es igual. Han ido cambiado los artífices de los reportajes-
periodistas, cámaras o montadores -, el soporte tecnológico y sobre todo los
espectadores, que son la base para que un programa siga en antena. Mas allá de
los nombres y el formato, lo mas destacable es que la televisión publica haya
mantenido un informativo en el codiciado prime time del sábado. Mas de un
director de antena ha querido fulminarlo porque su cuota de pantalla creaba un
escalón a la baja. Pero su valor público y su buena media sin ser un programa
de entretenimiento, le han permitido resistir. IS guarda en su virtud, su
propia penitencia: la esclavitud de mirar hacia la actualidad semanal recién
marchita. Solo las entrevistas propias o el punto de vista original le
salvarían de caer en el mero refrito. Los programas de corte similar en otras
cadenas internacionales han ido abandonado la actualidad inmediata para dar
algo mas que lo ya visto en telediarios y cadenas todo noticias. IS lleva años
necesitando esa misma evolución en profundidad. No basta con cambiar la careta
y los presentadores, el grafismo y
las sintonías para venderlo como nuevo. Para tener un nuevo IS sin la
insoportable carga de sus cuarenta años, debe cambiar su narrativa y su estilo,
personalizar mas las historias acentuando el punto de vista de los reporteros,
luchar por lo novedoso y exclusivo, trabajar en la actualidad ambiental, no
solo la semanal, y crear una base multimedia que le haga vivir en las redes. Ya
no están los tiempos para celebraciones vacuas, porque el formato revista ha
sucumbido en prácticamente todos los soportes, del papel al video. La vigencia
de IS en antena no puede sostenerse por mera tradición. La parrilla pide
resultados y el espectador busca originalidad, utilidad y rigor.
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