LIMBO

Somos pura contradicción. Ni las mentes más preclaras escapan a tal condición esquizofrénica. Fue Benedicto XVI quien como Papa de la iglesia católica dio por finiquitado el limbo, dejando sin efecto ese espacio-nube para la salvación. Y ha tenido que ser él mismo quien deje a la iglesia y el papado en esta especie de limbo o interregno de un tiempo inédito ante la dimisión de un papa. Las cámaras apuntan ahora a los papables -como nueva comidilla de tertulianos- de la misma manera que siguieron con detalle el ceremonial de la despedida, subida a los cielos en helicóptero incluida. Sabe la iglesia de liturgias, y aun improvisando remata siempre un evento que deja los ojos del mundo absortos. El ya no Papa espera su futuro en el limbo de Castelgandolfo, mientras se prepara la cámara apostada ante la chimenea de las fumatas, que aún no se dejará ganar la batalla por Twitter. Ya veremos. En tiempo de esperar, las televisiones recuperan el clásico del papado 'Las sandalias del pescador', que fue un preludio de la elección de Wojtyla. Es más actual el 'Habemus Papam’ de Nanni Moretti, que también se adelantó a la idea de un renegado por depresión en la figura de Michael Piccoli. El cine va siempre por delante explorando nuevos caminos. 

Bajando a tierra, nos encontramos nuestro propio limbo nacional pendientes del Rey, operado un día y al siguiente en boca de políticos pidiendo la abdicación. El limbo catalán del PSC. El limbo del Barça que no sabe si sube o baja de categoría frente al Madrid. Y el limbo de la Liga en general esperando a un buen postor para los partidos de primera en abierto. Los telediarios en el limbo a la espera de reforzar la programación de tarde que los sujete, y que les caliente el horno de los chefs en concurso. Y en limbo también todas las televisiones con sus licencias digitales pendiente de validar por sentencia de tribunales. Estamos en crisis y estamos en tránsito, asidos a una frágil nube confiando en que actúe como limbo salvador, si es que ninguna otra contradicción nos vuelve a dejar a todos en suspenso&hellip