CAMBIO DE PIEL. ALMODOVAR Y LO ESPAÑOL

El cine español suele resumirse en la película de Almodóvar, y las demás (con permiso de Torrente). No solo por su habitual record de recaudación y repercusión internacional, sino especialmente por su capacidad para inundarlo todo con cada nuevo  titulo, y por conseguir estar en una peculiar sintonía con “lo telúrico” del país.  En una campaña perfectamente orquestada desde hace meses, que ha tenido su colofón esta semana, Almodóvar conseguía incluso eclipsar un debate histórico como el de la reforma constitucional. Ha llenado mas páginas de periódico  y mas minutos de televisión con “La piel que habito”, que los diputados con sus disquisiciones sobre la reforma. Pero, pensando-pensando, quizá estábamos asistiendo a dos lecturas de la misma cosa. Almodóvar ha creado una película de terror psicológico para esta época de crisis monumental que nos tiene aterrorizados a todos. Un guión que, mas allá del superficial tema en boga de la aplicación del bisturí en la cirugía estética, se convierte,  en metáfora del cambio en nuestra piel de toro. ¿Y no es la Constitución la piel en la que habita la voluble España?. Almodóvar, desde su primer titulo con “las chicas del montón”,  siempre ha sido un iluminado para crear la película de la España del momento. Estuvimos, como él,  “al borde del ataque de nervios” o bajo “la ley del deseo” o en medio de un “laberinto de pasiones”. Siempre con una visión que ronda la metáfora de la España que nos toca vivir. Lo mismo hacían nuestros anteriores grandes del cine, los Azcona o Berlanga, poniendo la cámara en el sitio exacto como el que mete el dedo en la llaga. ¿Quien no ve El pisito o El verdugo como las mejores “ficciones documentadas” de estos cineastas sobre  la verdad de España?. Con todas las licencias que se da el articulista para arrimar el ascua a esta sardina, me quedo con la idea de que Almodóvar, como los grandes del arte, tiene iluminaciones de ”adelantado”. Huele lo que viene, y lo hace cine,  para colocarnos a todos nosotros ante la pantalla de nuestra realidad futura: Un cambio de piel.