Cuando un país quiere ser potencia económica y cultural en
el mundo, saca a relucir sus cartas a través de un canal global de televisión.
Hay medios con solera como la BBC. Otros han crecido al viento de las crisis,
como Al Jazeera. La antigua Unión Soviétiva se prolongaba en las ondas con
radio Moscú y en los comunicados de la agencia Tass. Pero la Nueva Rusia del cambio continuo y galopante se deja
ver globalmente por las cadenas RT (Rusia Televisión) que emiten en inglés y en
español. Rusia quiere ser parte del nuevo mundo, y mostrarse en imágenes es la clave para hacerse cercana.
Solo el audiovisual favorece la familiaridad. Lo ruso interesa, y gusta. Películas rusas han ganado
premios destacados en Venecia, en la Berlinale y en Cannes. Hay un nuevo brío y
una creatividad desbocada tocando los temas mas candentes de una sociedad en
cambio.
La estrella del movimiento ha sido Valeriya Guy Germanika,
la punky que provocó al país que salía de años de somnolencia mostrando en un
documental televisivo que las escuelas no eran lo que parecían. Un exposé de
los conflictos y tendencias juveniles que dejaron a los padres boquiabiertos.
“Todos mueren, menos yo” fue su película en torno a la misma situación, que ahora
presentará en el Festival de Sevilla dentro del foco que dedica al nuevo cine
ruso. Su mirada y la de los nuevos directores, Anna Tchernakova o Oksana
Bychkova (Pete FM),
Popogrebky(Como acabe el ultimo verano) o Zvyagintsev(Elena)
es la que muestra la verdadera Rusia de hoy. Si los nombre suenan
distantes, las realidades rusas que retratan son, en su base, comunes a las del
resto de Europa. Se exclamaba antaño con cierta prevención, ¡Que vienen los
rusos!. Que vengan, pedimos ahora para conocer a un país tan parecido a lo
nuestro que casi no nos podemos explicar que nos separen tantos kilómetros. Las
noticias se nos quedan cortas. La actualidad que desmenuza la televisión apenas
es el marco de la nueva situación. Son las historias de fondo, las de sus novelas
y sus películas, las que de verdad nos muestra la nueva Rusia de Valeriya.
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