¿Por qué jugamos?. Sea como formula para aprender el mundo o
sea para evadir los límites de la realidad, el juego nos hace desarrollar la
imaginación y nos relaciona con otros. Nos hace creativos y sociables. Acabamos
de pasar la apoteosis del juguete, desde las miniaturas del belén a los sacos
de sorpresas de los Reyes Magos, dedicandoles un tiempo amplio y necesario. En
la era de las pantallas, los conceptos de juego y de juguete están cambiando.
Lo real- el objeto de juego -, está siendo suplantado por lo virtual, con la
pantalla convertida en el verdadero terreno de juegos de la infancia.
En el Museo Picasso de Málaga, José Lebrero ha desplegado en
fecha apropiada una impresionante colección de “juguetes de las vanguardias”, muestrario de cómo mentes
brillantes, desde Duchamp a Sophie
Tauber-Arp, han hecho del arte juguete o del juguete arte, si es que no son la
misma cosa. Un mero listón hecho
caballito condensa todo el estilo mironiano y una muñeca de Pablo Picasso para
su hija resume el cubismo. Ni el peso del nombre de sus creadores, ni el altar
museístico, les privan de su condición de meros juguetes. Objetos para tocar,
mover, relacionar, descubri….y hacer así del tiempo de infancia una época de
ilusión y creatividad.
Durante las navidades, el televisor ha ampliado
considerablemente sus sesiones de dibujos animados, que en manos de los
programadores son chicle entre el que colocar miles de anuncios. Cada vez son
mas los de juegos virtuales para
Wii, DS, PlayStation o X-Box.
Puede que el juguete termine perdido como concepto- como pieza de museo –entre
el bosque de ofertas digitales en el campo de juego de las pantallas. Tocabamos en aquella lejana infancia el
aro, lanzábamos las chapas o apuntábamos con las canicas al guá. Todos objetos
de juego materiales para hacer crecer la imaginación. Ahora los bits parece que
nos invitan a jugar con la imaginación misma.. Hasta creamos nuestros avatares
para jugar virtualmente en planetas inventados. Una antesala para manejarnos en
un mundo digital tan sorprendente como un truco de magia.
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