Cuando dedicamos un premio de honor al gran cineasta polaco Andrezj Wajda en el festival de cine europeo de Sevilla en 2008, con el estreno en España de Katyn, me pensamiento agradecido recuperaba aquella gran sorpresa en los años de cineclubs tras ver su impresionante cinta Kanal. Ahí descubrí al gran director y el cine polaco, en la singular programación que se hacia en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Sus películas eran entonces difíciles de ver, como tristemente y por otras circunstancias ha pasado con las ultimas. El cine europeo apenas consigue pantallas en España, ni en salas, ni en la televisión.
Por enfermedad nio pudo viajar entonces a Sevilla, pero nos encontramos a los pocos meses en Berlin, para descubrir al hombre afable, inquieto y curioso a pesar de la huella de la edad. Unos de sus alumnos predilectos, Jerzy Skolimovsky, pasaría poco tiempo despues por Sevilla, para presentar otra película tampoco estrenada a pesar de su atractivo rodaje. Jerzy elogiaba al maestro y concedía que su cine bebía de aquellas fuentes, como el de Polansky y toda la generación de directores polacos que encontraron en Wajda un claro posicionamiento ideológico y una maestría en el arte de rodar y contar las historias.
Wajda agradeció especialmente nuestro interés, que era el suyo, por sacar de las catacumbas el negro episodio de la matanza de Katyn por los soviéticos, reivindicando la historia real de su pais. Polaco hasta la medula, resulto ser entendido en el mundo entero. Maestro de maestros nos deja una cinematografía tan amplia en numero y calidad para elevarle al Olimpo de los mas grandes en la historia del cine
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