Pasamos de la cacha de tenis al cuadrilátero. El formato del debate cara a cara es el mas jugoso y peligroso. Rajoy salió con un ojo morado del guantazo verbal de Sanchez, que no consiguió el KO y quedó como un púgil político sin suficiente pegada. Ahora el formato a cuatro con los primeros espadas pueden resultar mas evanescente o finalmente mas definitorio. Si se da en tres contra uno , que algunos auguran, pero no consiguen tumbar al blanco de sus iras, Rajoy puede salir con mas posibilidades. También se pueden dar las tablas y entonces la victoria la marcaran los pequeños detalles. ¿Sabrá esta vez que hacer con sus manos Rivera? ¿Estrenara Iglesias pajaríta en otro nuevo ardiz para sorprender al tendido? ¿Sacará Rajoy su gancho a la gallega? ¿Será decente Sanchez o mordaz de nuevo? A o pesar de la tormenta perfecta que se adivinaba en las pasadas elecciones, las estrategias de Rajoy no le fallaron. Muy finos deben andarse los contrincantes en este segundo round en el que no les bastaría ponerle contra las cuerdas, pero ya vimos que ir a por el KO también tiene sus riesgos propios.
Enfrente tendrán un tres mas uno. Periodistas de las tres grandes cadenas, mas el Presidente de la Academia, cuya pobreza arbitral en el primer debate le ha quitado todo protagonismo. El papel de ellos todos también esta en tela de juicio. Seran meros bustos parlantes, comedidos y neutros, o se atreverán a ser voz del pueblo y plantear cuestiones con riesgo.
Tanta gente en el cuadrilátero promete mas barullo que golpes directos. Pero cada cadena quiere su rostro propio, aunque vaya en detrimento de la batalla dialéctica. Así que atentos a los trajes, corbatas, zapatos y coletas que quizá marquen mas que el discurso del momento. Porque el debate, puede quedar solo en eso, en ser visto.Y aquí viene el reto, que se sacara alguno del bolsillo para eclipsar la imagen del resto… (Vendrá desde Orlando el guiño?)
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