24.4.14

ELENITA, REINA SIN REMILGOS


foto (c) JMD
 
 
 
ELENITA,  REINA SIN REMILGOS

Javier Martín-Domínguez

El periodismo se escribe en muy distintos formatos,  del articulo al libro,  pero el género tiene un ingrediente supremo: el de estar pegado a la tierra, conectado umbilicalmente  a la realidad. Por ello su ejercicio  está reservado a los que hacen de la calle y sus verdades el centro de su vida. Nadie esperaría de una princesita de sangre polaca crecida en Paris que se dedicase a tan prosaico oficio, y menos en un lugar donde la realidad llega a ser suprema y telúrica, como es el México donde se ganó a pulso la ciudadanía. Ni su pasado aristocrático, ni su aparente fragilidad le impidieron a Elenita poner su pluma y su ingenio al servicio de la crónica de los desheredados: los pobres, los revolucionarios, las mujeres, los estudiantes, … y todos aquellos privados de voz pública. Quizá fuese su vida errante atravesando países y continentes, quizá fuera su alma pura y su nobleza lo que llevó a Elena Poniatowska a aferrarse al periodismo como la vía para ser una mujer entera y cabal al servicio de las causas generales. Y así nació una luminaria que con sus crónicas hechas libros ha hecho resplandecer la verdad de México y de América para que fuese vista y leída en el mundo entero.

Agradezco a esta mujer risueña, de lengua afilada y pluma certera que me diese “un abrazo apretado  rompecostillas”  siendo mi anfitriona en México  para airear la vida de una pasión compartida llamada Leonora Carrington, a la que dedico una bella novela documentada que es en si misma un poema vital.  También ha escrito sobre Tinita Modotti, otra mujer inconmensurable. Y ha recordado a  la gran actriz Maria Félix  “con su boca frutal y su ceja levantada”. Nunca a hurtada piropos a sus compañeras, siempre homenajeando a las reconocidas y a las anónimas. Como a las heroínas de la batalla de Tlatelolco, en aquel infausto 68. Y le llega la hora a ella misma, con un  tan merecido Premio Cervantes, que no la hace más grande porque ella ya ha tocado la estrellas., pero si hace más justo el colofón a una carrera de sencilla periodista que ha retratado desde México  en sus vidas particulares a la humanidad entera. La Poni, Elenita, Elena nació princesa y ha terminado siendo nuestra reina. La reina de la verdad y de las letras.

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