LA RESISTENCIA
Javier Martín-Domínguez
Revisar la Historia desde el prisma de las pequeñas
historias cotidianas es la base del éxito de series como la española Cuéntame,
que tiene al otro lado de los Pirineos su equivalencia en “Un pueblo francés”.
El baremo del éxito televisivo se mide en número de temporada y la ficción de
France3 estrena ya su quinta temporada. Los autores presentan un fresco de la
condición humana durante la ocupación alemana, un periodo de luces y sombras.
Los personajes son ciudadanos de a pie, ni colaboracionistas ni miembros de la
Resistencia, para hacer una introspección en busca del alma de un país en
crisis. En un pueblo inventado
llamado Villeneuve/Villanueva transcurre esta ficción basada en la situación
real acaecida en el año 43. Se trata de una obra coral sobre la vida cotidiana
de gente ordinaria en medio de una situación extraordinaria. Una buena
circunstancia para hacer la radiografía de una nación. En definitiva busca a
través de la ficción dar respuesta a como actuaron los franceses ante un
nazismo impuesto y en ocasiones aceptado. Sin duda es mas conocido que pasó en
el París que deja a Hitler fotografiarse ante la Torre Eiffel. Quiza una de las
obras mas brillantes sobre ese periodo es “Y siguió la fiesta”, firmada por Alan Riding que fue corresponsal de
The New York Times para Francia y España en los años ochenta. Otro libro
destacado y recién publicado es el “Año cero. Una historia de 1945” de Ian Buruma, que ofrece un panorama poco estudiado
de las consecuencias de la gran guerra el año de su finalización y las acciones
no siempre compasivas ni edificantes del bando vencedor. Pero para el común de
los ciudadanos, que asisten de comparsa sufriente a estos conflictos, quizá sea
la televisión el medio mas cercano y directo para mirarse a ellos mismos y
analizar su comportamiento en situaciones extremas. Lamentablemente vemos pocas
producciones francesas en nuestras pantallas, abarrotadas de polis americanos.
Este Cuéntame a la francesa es un
buen ejemplo para que otros canales y otros países revisen su historia, con
mayúsculas y minúsculas. EL CORREO
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