JUGABAMOS AYER…
Javier Martín-Domínguez
El fútbol tiene hambre de si mismo. Se adelanta en el
calendario mas y mas, movido por su gula millonaria de gran espectáculo de
masas. Parece que fue ayer cuando acabó aquella Liga ganada por el Barça, pero
marcada mediaticamente por Mourinho, que hoy luce figura en los carteles de las
casas de apuestas británicas. Alguien debe hacer de pim-pam-púm en este negocio
que no cierre ni por vacaciones. Las televisiones ya han empezado las
retransmisiones de la Liga, anuncian la Champions en sus promos y han trufado
el verano televisivo con partidos desde lugares exóticos donde los clubes hacen
caja. Hemos reconvertido el
unamuniano deciamos ayer, en un jugabamos
ayer. Nuestro fútbol no tienen principio,
ni fin. Para que nadie pierda hilo, y entendamos que esto no es sino “mas de lo
mismo”, los tertulianos se han
vuelto a enfrascar con el caso Casillas. Ya están en antena los punto-pelota de turno para dar la caña necesaria que motive al
espectador. El fútbol es, se quiera o no, el tesoro nacional. En este momento
de crisis, la gran noticia es que España exporta jugadores para cubrir los
déficit acumulados, a pesar del alto precio de las entradas y su IVA
reducido. Madrid y Barça juegan
por el primer puesto, no solo a los puntos. Tambien para el ranking de club mas
rico del planeta. Las estrategias comerciales y de marketing son de las mas
sofisticadas en cualquier ámbito. Importan los goles, pero sobre todo la
narrativa protagonizada por los Ronaldo, Neymar o Casillas. La salsa que mueve
la emoción del aficionado. La mitología futbolera pasa por todo esto, pero el
partido final se juega en los limites de la pantalla de televisión que sigue
abrumada por el coste de los partidos. No hay nada mas caro en el mercado. Es
lo mas rentable para hacer buenos números de audiencia, pero sin duda lo mas
desequilibrante en los presupuestos de los canales. Pero su universo de
aplicaciones semióticas es tan amplio, desde las camisetas al pago por visión,
que el fútbol seguirá rodando sin vacación posible. Esto no acaba nunca, al
menos en la televisión.
DIARIO DE LEON
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