La muestra Surrealismo. Vasos comunicantes es un periplo desde las corrientes precursoras de esta vanguardia artística como el Cabaret Voltaire y Dadaismo hasta llegar a su surgimiento con André Bretón. Pero también es una mirada a las relaciones e influencias de los artistas europeos que llegaron a México y, junto con creadores nacionales, revaloraron la corriente plástica y literaria, asegura Sara Baz.
La exposición, abierta al público a partir del 5 de julio en el Munal, está conformada por 120 piezas, con 14 piezas provenientes del Centro Georges Pompidou y entre las que destacan Retrato de Alexander Lolas (1953) y Mesa surrealista (1933), de Alberto Giacometti, agrega la subdirectora de exhibición del Museo Nacional de Arte.
Explica que también hay obras de Yves Tanguy, de Salvador Dalí, o de los europeos que se afincaron en México como Wolfgang Paleen y Alice Rahon, quienes encabezaron el grupo San Ángel y de Remedios Varo y Leonora Carrington, quienes formaban El grupo de la calle Gabino Barreda. Otra cuadro importante es Vasos comunicantes, homenaje a André Bretón, de Diego Rivera.
Además de la exposición, añade Sara Baz, hay una serie de actividades complementarias, entre las que se encuentra un ciclo de cine donde se exhibirán 29 cintas con las emblemáticas Un perro andaluz y La edad de oro, de Luis Buñuel.
PERSPECTIVA. Esta muestra, dice, trata de realizar una revisión historiográfica de la influencia de artistas surrealistas en México. Por un lado, lo que llegó a nuestro país en información y, por otro, los artistas que se quedaron a residir en México.
Y con esa frase mítica que según dijo Bretón: “México es un país surrealista”, la usamos de perspectiva para mostrar que los artistas nacionales no tuvieron una influencia pasiva frente a la vanguardia, sino que toman parte activa del movimiento a partir del éxodo de los pintores surrealistas a nuestro país.
Los pintores, en su mayoría franceses, dieron a los mexicanos los códigos del surrealismo y reelaboraron la vanguardia. “Los artistas nacionales transformaron la vanguardia a su manera”.
Por eso, esta exposición, indica, muestra como se conectaron Europa y América mediante el surrealismo para tener una producción paralela.
EJES. La muestra se divide en tres núcleos. El primero inicia con una pintura de Joan Miró –sin título- de 1917, y concentra la mayoría de las obras que provienen del Georges Pompidou. “Aquí la gente puede conocer cómo era el surrealismo en Europa”.
El segundo, precisa, es una iconografía del surrealismo que explica la importancia de lo onírico en la producción de los artistas y el sueño como posibilidad de revelar situaciones que pueden ser más reales que la lógica.
En este núcleo también se proyectarán algunos fragmentos de cintas emblemáticas como La sangre de un poeta, opera prima de Jea Cocteau; La edad de oro y Un perro andaluz, de Luis Buñuel; La estrella de mar, de Man Ray, entre otras.
Y junto a estas cintas, hay una película de 90 segundos de Javier Espada, que explica el surrealismo y es el puente entre el primer eje de la exposición y este de rasgos iconográficos.
Asimismo, se monta una sección para conocer la visión de los artistas surrealistas del cuerpo humano.
Respecto al tercer eje, Sara Baz señala que muestra el encuentro y los vínculos que establecieron los artistas europeos y mexicanos. Están los que vivieron en nuestro país como Wolfgang Paleen, Alice Rahon, María Izquierdo, Leonora Carrington, Remedios Varo, y quienes forman dos círculos: uno se llamaba San Ángel, Con Paleen y Rahon; y El de la calle Gabino Barreda, con Remedios Varo y Carrington.
Una pieza interesante que sale de esta experiencia, es “Los días de la calle Gabino Barreda”, que pintó Gerzso y que viene de una colección del sur de los Estados Unidos.
Sara Baz explica que el surrealismo es un planteamiento crítico que muestra el hartazgo que tenían los artistas europeos y que buscaban un nuevo camino.
Sobre los orígenes de la vanguardia, la subdirectora de exhibición señala que en un principio están las reuniones en el sitio ruidoso de Zurich en 1916 llamado Cabaret Voltaire, donde artistas como Hugo Ball y Marcel Duchamps discutían de arte. Luego conocieron a Tristan Tzara y en 1918 escribe el Manifiesto Dadá. Para 1924, este movimiento se convertiría en el Surrealismo.
“Un ícono del Dadá es el burgués vestido de negro y lleva un bombín. La figura central en la obra de Magritte, que también tiene obra en esta exposición”.
Esta historia, dice Sara Baz, está en la sala de lectura como una especie de panóptico de siluetas que muestra como a partir del Cabaret Voltaire, luego el Dadaísmo se llega al Surrealismo.
La exposición, abierta al público a partir del 5 de julio en el Munal, está conformada por 120 piezas, con 14 piezas provenientes del Centro Georges Pompidou y entre las que destacan Retrato de Alexander Lolas (1953) y Mesa surrealista (1933), de Alberto Giacometti, agrega la subdirectora de exhibición del Museo Nacional de Arte.
Explica que también hay obras de Yves Tanguy, de Salvador Dalí, o de los europeos que se afincaron en México como Wolfgang Paleen y Alice Rahon, quienes encabezaron el grupo San Ángel y de Remedios Varo y Leonora Carrington, quienes formaban El grupo de la calle Gabino Barreda. Otra cuadro importante es Vasos comunicantes, homenaje a André Bretón, de Diego Rivera.
Además de la exposición, añade Sara Baz, hay una serie de actividades complementarias, entre las que se encuentra un ciclo de cine donde se exhibirán 29 cintas con las emblemáticas Un perro andaluz y La edad de oro, de Luis Buñuel.
PERSPECTIVA. Esta muestra, dice, trata de realizar una revisión historiográfica de la influencia de artistas surrealistas en México. Por un lado, lo que llegó a nuestro país en información y, por otro, los artistas que se quedaron a residir en México.
Y con esa frase mítica que según dijo Bretón: “México es un país surrealista”, la usamos de perspectiva para mostrar que los artistas nacionales no tuvieron una influencia pasiva frente a la vanguardia, sino que toman parte activa del movimiento a partir del éxodo de los pintores surrealistas a nuestro país.
Los pintores, en su mayoría franceses, dieron a los mexicanos los códigos del surrealismo y reelaboraron la vanguardia. “Los artistas nacionales transformaron la vanguardia a su manera”.
Por eso, esta exposición, indica, muestra como se conectaron Europa y América mediante el surrealismo para tener una producción paralela.
EJES. La muestra se divide en tres núcleos. El primero inicia con una pintura de Joan Miró –sin título- de 1917, y concentra la mayoría de las obras que provienen del Georges Pompidou. “Aquí la gente puede conocer cómo era el surrealismo en Europa”.
El segundo, precisa, es una iconografía del surrealismo que explica la importancia de lo onírico en la producción de los artistas y el sueño como posibilidad de revelar situaciones que pueden ser más reales que la lógica.
En este núcleo también se proyectarán algunos fragmentos de cintas emblemáticas como La sangre de un poeta, opera prima de Jea Cocteau; La edad de oro y Un perro andaluz, de Luis Buñuel; La estrella de mar, de Man Ray, entre otras.
Y junto a estas cintas, hay una película de 90 segundos de Javier Espada, que explica el surrealismo y es el puente entre el primer eje de la exposición y este de rasgos iconográficos.
Asimismo, se monta una sección para conocer la visión de los artistas surrealistas del cuerpo humano.
Respecto al tercer eje, Sara Baz señala que muestra el encuentro y los vínculos que establecieron los artistas europeos y mexicanos. Están los que vivieron en nuestro país como Wolfgang Paleen, Alice Rahon, María Izquierdo, Leonora Carrington, Remedios Varo, y quienes forman dos círculos: uno se llamaba San Ángel, Con Paleen y Rahon; y El de la calle Gabino Barreda, con Remedios Varo y Carrington.
Una pieza interesante que sale de esta experiencia, es “Los días de la calle Gabino Barreda”, que pintó Gerzso y que viene de una colección del sur de los Estados Unidos.
Sara Baz explica que el surrealismo es un planteamiento crítico que muestra el hartazgo que tenían los artistas europeos y que buscaban un nuevo camino.
Sobre los orígenes de la vanguardia, la subdirectora de exhibición señala que en un principio están las reuniones en el sitio ruidoso de Zurich en 1916 llamado Cabaret Voltaire, donde artistas como Hugo Ball y Marcel Duchamps discutían de arte. Luego conocieron a Tristan Tzara y en 1918 escribe el Manifiesto Dadá. Para 1924, este movimiento se convertiría en el Surrealismo.
“Un ícono del Dadá es el burgués vestido de negro y lleva un bombín. La figura central en la obra de Magritte, que también tiene obra en esta exposición”.
Esta historia, dice Sara Baz, está en la sala de lectura como una especie de panóptico de siluetas que muestra como a partir del Cabaret Voltaire, luego el Dadaísmo se llega al Surrealismo.
Julio
Jueves 5: Le retour à la raison (Man Ray, Francia, 1923, 3 min.)
Ballet Mécanique (Fernand Léger/Dudley Murphy, Francia, 1924, 19 min.)
Entr´acte (René Clair, Francia, 1924, 22 min.)
Anémic Cinéma (Marcel Duchamp, Francia, 1926, 7 min.)
Emak-Bakia (Man Ray, Francia, 1926, 18 min.)
Les Mystères du château de Dé (Man Ray, Francia, 1929, 27 min.)
Sábado 7: Un chien andalou (Luis Buñuel, Francia, 1929, 16 min.)
L’ âge d´or (Luis Buñuel, Francia, 1930, 60 min.)
Domingo 8: Le sang d’ un poète (Jean Coucteau, Francia, 1930, 55 min.)
Sábado 14: Orphée (Jean Coucteau, Francia, 1950, 95 min.)
Domingo 15: La fórmula secreta (Rubén Gámez, México, 1965, 42 min.)
Poetas campesinos (Nicolás Echevarría, México, 1980, 49 min.)
Sábado 21: L’ Année dernière à Marienbad (Alain Resnais, Francia, 1961, 94 min.)
Domingo 22: Le charme discret de la bourgeoisie (Luis Buñuel, Francia, 1972, 102 min.)
Sábado 28: Le fantôme de la liberté (Luis Buñuel, Francia, 1974, 104 min.)
Domingo 29: Cet obscur objet du désir (Luis Buñuel, Francia, 1977, 102 min.)
Agosto
Sábado 4: Berlin: Die Symphonie der Grosstadt (Walter Ruttman, Alemania, 1927, 65 min.)
Domingo 5: Dos monjes (Juan Bustillo Oro, México, 1934, 84 min.)
Sábado 11 : Fando y Lis (Alejandro Jodorowski, México, 1968, 93 min.)
Domingo 12: Redondo (Raul Busteros, México, 1986, 90 min.)
Sábado 18: El maestro prodigioso (Rafael Corkidi, México, 2010,
83 min.)
Octavio Paz, el lenguaje de los árboles (Claudio Isaak, México, 1983, 28 min.)
Domigno 19 : ¡Qué viva México! (Sergei Einsenstein, Rusia, 1931/1979, 90 min.)
Sábado 25: Buñuel y la mesa del rey Salomón (Carlos Saura, España, 2001, 105 min.)
Domingo 26: Leonora Carrington. El juego surrealista (Javier Martín-Domínguez , España, 2012, 80 min.)
Septiembre
Sábado 1: Delicatessen (Jean Pierre Jeunet/Marc Caro, Francia, 1991, 99 min.)
Domingo 2: La ciencia del sueño (Michael Gondry, Francia/Italia, 2006, 105 min.)
Sábado 8: Edward James. Fabricantes de sueños (Avery Danziger, Sarah Stein, EU, 1995, 58 min.)
Domingo 9: Selección de cortometrajes de Jan Švankmajer
Jueves 5: Le retour à la raison (Man Ray, Francia, 1923, 3 min.)
Ballet Mécanique (Fernand Léger/Dudley Murphy, Francia, 1924, 19 min.)
Entr´acte (René Clair, Francia, 1924, 22 min.)
Anémic Cinéma (Marcel Duchamp, Francia, 1926, 7 min.)
Emak-Bakia (Man Ray, Francia, 1926, 18 min.)
Les Mystères du château de Dé (Man Ray, Francia, 1929, 27 min.)
Sábado 7: Un chien andalou (Luis Buñuel, Francia, 1929, 16 min.)
L’ âge d´or (Luis Buñuel, Francia, 1930, 60 min.)
Domingo 8: Le sang d’ un poète (Jean Coucteau, Francia, 1930, 55 min.)
Sábado 14: Orphée (Jean Coucteau, Francia, 1950, 95 min.)
Domingo 15: La fórmula secreta (Rubén Gámez, México, 1965, 42 min.)
Poetas campesinos (Nicolás Echevarría, México, 1980, 49 min.)
Sábado 21: L’ Année dernière à Marienbad (Alain Resnais, Francia, 1961, 94 min.)
Domingo 22: Le charme discret de la bourgeoisie (Luis Buñuel, Francia, 1972, 102 min.)
Sábado 28: Le fantôme de la liberté (Luis Buñuel, Francia, 1974, 104 min.)
Domingo 29: Cet obscur objet du désir (Luis Buñuel, Francia, 1977, 102 min.)
Agosto
Sábado 4: Berlin: Die Symphonie der Grosstadt (Walter Ruttman, Alemania, 1927, 65 min.)
Domingo 5: Dos monjes (Juan Bustillo Oro, México, 1934, 84 min.)
Sábado 11 : Fando y Lis (Alejandro Jodorowski, México, 1968, 93 min.)
Domingo 12: Redondo (Raul Busteros, México, 1986, 90 min.)
Sábado 18: El maestro prodigioso (Rafael Corkidi, México, 2010,
83 min.)
Octavio Paz, el lenguaje de los árboles (Claudio Isaak, México, 1983, 28 min.)
Domigno 19 : ¡Qué viva México! (Sergei Einsenstein, Rusia, 1931/1979, 90 min.)
Sábado 25: Buñuel y la mesa del rey Salomón (Carlos Saura, España, 2001, 105 min.)
Domingo 26: Leonora Carrington. El juego surrealista (Javier Martín-Domínguez , España, 2012, 80 min.)
Septiembre
Sábado 1: Delicatessen (Jean Pierre Jeunet/Marc Caro, Francia, 1991, 99 min.)
Domingo 2: La ciencia del sueño (Michael Gondry, Francia/Italia, 2006, 105 min.)
Sábado 8: Edward James. Fabricantes de sueños (Avery Danziger, Sarah Stein, EU, 1995, 58 min.)
Domingo 9: Selección de cortometrajes de Jan Švankmajer
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