Xiaolu Guo y la productora Natasha Dack
Una china, un afgano y Bertolucci
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Natasha, Xiaolu y MeneneGras de Casa Asia
Ví su película “She, a chinese” rastreando en Londres, donde ella vive ahora, la ultima producción de cine británico. La conexión Chongqing nos ha servido para un fluido intercambio de correos, libros y dvds. Para colmo su productora británica, Natasha Dack, resultó ser una erasmus de la universidad sevillana a la que ahora vuelve para impartir una lección magistral sobre el cine indie en un mundo globalizado. La amistad desarrollada con el contingente danés que protagonizo la pasada edición, ha permitido un mayor acceso a su cinematografía y que que podamos hacer el estreno internacional de un película producida en Copenhague, dirigida por un joven director exiliado afgano, Manyar Panwani. Una película que no va de inmigración, ni de guerra. Si no de la crisis de la familia, el abuso infantil y los grupos neonazis daneses. No es solo el festival el que se abre mas allá de los muros del continente, es la propia Europa la que se amplia y acoge a los creadores y las historias de todas partes.
No se trata de “importar talento”, sino de crear espacios abiertos a la creación y el dialogo entre todos. Lo mismo pasa con las mujeres que dirigen cine. España necesita por ley apoyar su entrada en las producciones. El festival de Sevilla,, con mayoría de películas dirigidas por mujeres en la sección oficial no ha tenido que hacer una discriminación positiva a su favor. La selección ha salido así, sin predeterminaciones por que son muchas y muy interesantes las miradas de las mujeres que dirigen cine en Europa. La austriaca Jessica Hausner observa de puntillas a los impedidos en un viaje al milagro de Lourdes. La israelí Keren Yedaya se atreve con una historia de amor entre judía y palestino, sin concesiones. Y otras directoras turcas, polacas, francesas o inglesas, como Andrea Arnold, ganadora de Oscar, dos veces premiada en Cannes, que vendrá a presentar “Fish tank”, donde el mensaje social y la óptica de rodaje muestran un paso nuevo en el cine.
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El Festival busca así las tendencias, lo nuevo y lo último. Pero también es un motor para rescatar lo mejor de siempre. El rastreo infatigable e infructuoso por nuestro encargado de materiales, desde Sydney a Los Angeles, de una copia en celuloide de “El cielo protector” de Bernardo Bertolucci, para homenajear a Paul Bowles ante su centenario, llegó al final a conocimiento del propio director italiano. Solo quedaban copias viejas o en formato 70 mm no proyectable. “Bernardo prefiere que se proyecte un dvd, antes que una película llena de rayas”. Gracias al tesón de estos buscadores de joyas, la productora británica ha terminado haciendo una nueva copia. Quizá se deba a la magia de Bowles, porque sin predeterminarlo estarán en Sevilla Storaro que fotografió, Richard Horowitz que compuso y Jeremy Thomas, productor y para nosotros programador de lujo de la sección “Mis películas británicas favoritas”. Así es la intrahistoria de un Festival que, entre búsquedas y hallazgos, encuentra su verdadera razón de existir: comunicar el amor al cine y el respeto a sus creadores
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