En “solo” veinte años aquella puerta al terror llamada Check Point Charlie, que sellaba el paso entre las dos caras de Berlín, se ha convertido en una zona de turismo y de souvenirs. Del muro caído quedan apenas unos metros para el recuerdo de un tiempo sin libertad que no está nada lejano y que para hacernos un seguro contra las dictaduras deberíamos repasar mas a menudo. Valga este vigésimo aniversario para airear trapos sucios de una Vieja Europa con graves pecados capitales en su pasado mas reciente. Quizá la iniciativa mas destacada y profunda en el campo de la televisión es la promovido por el canal franco-alemana ARTE. Ha intentado reconstruir como eran las vidas de los alemanes de uno y otro lado, antes de la caída del muro de la vergüenza y en la actualidad. Pero ha ido mas lejos. Hasta Hungría, Polonia, los países bálticos o la Republica Checa. Allí se habían levantado alambradas y sobre todo muros mentales para acobardar a los defensores de la libertad. En España, Canal de Historia se significa ofreciendo una Historia del Comunismo que feneció entre los escombros del muro. También emite una serie con el otro aniversario que la terminación en nueve nos obliga a recordar: la caída de la bolsa neoyorquina del 29 que arrastró al mundo a una depresión, que ahora analizamos para encontrar respuestas no solo en la historia pasada, sino en este presente de incertidumbre. Nos suelen advertir que los países que no recuerda su historia esta condenados a repetirla. Europa, América y el mundo entero se acerca ahora a los televisores con el retrovisor puesto para hacer auto-análisis de las causas de estas crisis basadas en la usura y en el autoritarismo que trajeron tiempos de penuria y dolor. Embrutecida en su programación de consumo barato y contenidos triviales, la televisión hace al menos por unos días Historia para que tomemos conciencia de los errores cometidos ayer mismo.
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