EL cambio en la RADIO.
Presentación del libro “El Periodista de radio”, de
Guillerno Orduna, editado por el Instituto de RTVE, en el CIP. Dic15.
Intervención de Javier Martín Domínguez, Presidente del CIP,
antiguo corresponsal de RNE en Nueva York, y director del programa “Siete Días”
de Radio Nacional.
“Este es un libro de futuro. De cómo hacer radio de hoy en
adelante. Pero, por eso mismo, un veterano ya, Guillermo Orduna, se agarra en
el prologo de su ensayo y manual, al pasado no tan lejano en el que nació la
radio informativa en España.
O mejor, la radio hecha por periodistas. Fue otro de los
éxitos- a regañadientes – de la transición. Porque a los que no tocó la suerte
de hacer radio entonces, lo cierto es que nos ganamos a pulso el crear una
nueva vía para el medio.
Pagaron el pato, a parte del Régimen con mayúsculas, los
locutores, cuyas grandes voces fuimos echando de los estudios a codazos. No por
nada, sino en primer lugar para que la noticia la contase el que la encontraba,
y además para aplacar el tono solemne- hasta castrense –de los encargados
de mantener las esencias franquistas en
antena.
La radio informativa tenía, como dice Orduna en el prologo,
escaso vuelo y escasa vida, porque todo se reducía al “parte”. El informativo
de e obligada conexión para todas las emisoras. Hasta que los jóvenes en el 76
fuimos imponiendo nuestro trabajo en la redacción de Radio Nacional, y también
debe decirse hasta que Manuel Martin Ferránd despegó con Hora 25 en la SER. E
inmediatamente después Fermín Bocos desde Barcelona.
Fue un tiempo de guerrillas, en el fondo y en la forma,
cuando se reinventó la radio en España. A base de peleas y censuras. Pero con
grandes aliados demócratas desde dentro, como eran Paco Ruiz de Elvira, José
Luis Echarri y algunos mas.
En los informativos especiales de Echarri, crecimos con
libertad hacia la no censura y sobre todo, que es lo que importa ahora, hacia
la creatividad en radio, con Siete Dias, Temas, Será Noticia, Contante y
Sonante… Magin Revillo, Andres Aberasturi, Karmentxu Marin, Pepe Diaz, Charo Mostaza,
Antonio Peiro, Luis García Florez, Juanma Fernandez, Carlos Blanco, Martinez
Lainez, Martín García Vega, Carlos Blanco y muchos mas, estaban allí…. Incluso Lalo
Azcona, que ya había empezado a cambiar el tono de España a las 8, y luego del
Diario de la tarde.
Eso es historia. Lo que importa es que el medio se vivificó.
Que el lenguaje de la radio, el sonido de las cosas, el directo, las
entrevistas importantes (como la telefónica censurada a La Pasionaria todavía
en Moscu, etc)…se empezaron a hacer de otra manera. Porque? Por lo que dice
Orduna nada mas empezar el libro, porque el rey de la radio es el Público, la
audiencia…y había que literalmente sintonizar con ella. Los que allí estábamos-
con ganas de contar historias –si estábamos en sintonía con lo que pedía la
calle. Y al intentar dárselo, cambios el lenguaje y el medio
Cuando el gran gurú de la comunicación Marshall McLuhan vino a España, por primera y única vez, fue
para sentar cátedra en unas Jornadas de radio organizadas en Barcelona en el
año 75. Le escuchamos ensimismados planteando aquellas disyuntivas sobre medios
fríos y medios calientes. Unos creativos
prepararon para la ocasión unas cuñas para vender radio. “Tus oídos no
tienen parpados, la radio penetra por todas partes y te envuelve. No puedes
escapar a ella”. La radio posee un halo mágico, crea sensaciones intimas, invita a imaginar y soñar…y además
informa todo el rato. De ahí su importancia y su permanencia en este tiempo de
nuevos soportes.
La radio, como señalaba otro analista americano Tony Schwarz,
tiene de base de un grave problema--- o dos. Primero, que es barata ( así que ,
chico, no pidas medios). Su estudio análitico siempre ha quedado relegado
frente a los medios mas vistosos o mas tradicionales, la tele y la prensa. Hoy
por Internet. Y, segundo problema para conocer su relevancia: que es invisible. Y a lo invisible, como el
aire, no se le da importancia, aunque sea crucial para la supervivencia….hasta
que se echa de menos, como en estos días de contaminación. La radio, a pesar de
todo y hasta de su olvido negligente por los estudiosos, sigue viva, bien y
ganando adeptos.
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