Román Gubern ha ingresado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Entre sus trabajos audiovisuales destaca el que producimos hace una década en los Canales temáticos de TVE, una serie sobre la aportación de la vanguardia española al cine.
‘EL OJO Y LA
PALABRA’ (La Generación del 27 y el cine)
‘El ojo y la palabra’ es una serie de seis
capítulos de media hora dirigida por Román Gubern, estudioso del mundo audiovisual,
de la comunicación de masas y del arte, producida por el canal GRANDES DOCUMENTALES de TVE, estrenada en octubre de 2001.
A través del
medio televisivo, Gubern analiza y expone las relaciones de una generación
irrepetible de creadores que encontraron en el cine un vehículo de propagación
del arte, además de un arte por sí mismo, y un valioso instrumento para remover
las estructuras anquilosadas de la sociedad de su tiempo. Los
más señeros representantes de la Generación del 27 entrelazan sus vidas y parte
de su obra con las de artífices del arte cinematográfico y pioneros del cine
sonoro. Así, Román Gubern va
tejiendo un relato visual en el que Gómez de la Serna, García Lorca, Buñuel,
Dalí, Alberti o Cernuda conectan con el mundo hollywoodiense o con los grandes
realizadores europeos. No son relaciones imaginadas sino tan reales como un verso de Alberti: “Yo
naci -¡respetadme!- con el cine”.
Junto a las ‘Vanguardias españolas’, emergen los
nombres de Cavalcanti, Buster Keaton, Charlot, Mae West, Epstein o Fritz Lang.
También los de artistas españoles como Maruja Mallo, Segundo de Chomón o
Margarita Xirgu.
Seis capítulos en los que Román Gubern trata de
cerrar el círculo en torno a ‘El
ojo y la palabra’ con entrevistas recientes a Francisco Ayala, José Luis Borau, Ian
Gibson y Francisco Umbral, entre otros, más los importantes fondos documentales
de TVE y de otras televisiones públicas europeas.
EL
ALBA DE LA MODERNIDAD La España de
los años 20 mostraba el panorama desolador de una sociedad caciquil, analfabeta
y con las secuelas de la guerra de Marruecos, en la que el cine se conviertió
en el espectáculo más llamativo. A pesar de ese caldo de cultivo o quizá por
él, bullían algunos focos de modernidad inducidos por artistas españoles
afincados en París (Picasso) o por refugiados en Barcelona tras la I Guerra
mundial (Picabia). La Residencia de Estudiantes y algunas publicaciones
literarias se erigieron en la punta de lanza de un movimiento insurgente.
EL
PADRE DE LAS VANGUARDIAS Como dice
Gubern, “Ramón Gómez de la Serna fue el padre de las vanguardias españolas y
ejerció su megisterio desde la tertulia del Café Pombo. Entre sus novelas más famosas figuró Cinelandia (1923), que tuvo muchos referentes hollywoodianos. (...)Buñuel planeó debutar en el cine con un corto escrito por
Ramón, El mundo por diez céntimos, sobre el contenido de un periódico, que iba a
rodarse en parte en la redacción de ABC”. El cine y la radio eran dos fenómenos
sociales ante los que no permanecían indiferentes los intelectuales de la
época.
DOS POETAS CINÉFILOS Rafael Alberti y Federico García Lorca fueron dos poetas que
se acercaron al mundo del cine de maneras diferentes, con distintas impresiones
y prejuicios. Alberti mantuvo desde el principio un mayor afecto por el nuevo
arte (“Yo naci -¡respetadme!- con el cine”) y declaró abiertamente su atracción
por él, cintando en sus escritos a
gentes como Cavalcanti, René Clair, Harold Lloyd... y dedicando poemas a
cómicos norteamericanos. García Lorca,
renovador del teatro español de la época, también se interesó por el
cine aunque con un espíritu más desmitificador, siendo conocidas sus
discrepancias estéticas con Buñuel, a pesar de su amistad.
LA
DANZA DE LAS IMÁGENES A Salvador
Dalí le causó una profunda impresión la película italiana Il fuoco (1916), origen de las
numerosas referencias al cine y sus personajes en la pintura del gran creador
surrealista. Es conocida también su participación como coguionista en Un perro andaluz, de Buñuel, y sus intentos
infructuosos de colaborar en algún proyecto con Harpo Marx. Tampoco Luis
Cernuda pudo esquivar el influjo del cine, al que dedicó algunos poemas.
EL
OJO SURREALISTA En este capítulo se profundiza en las influencias que hicieron de Luis
Buñuel uno de los pioneros del surrealismo cinematográfico, y en el influjo del
aragonés de Calanda en artistas coetáneos. Así, Román Gubern descubre que Las tres luces, de Fritz Lang, fue la
visión reveladora para Buñuel de que la cámara iba a ser su vehículo de
expresión, y que en su filmografía existen antecedentes en el trabajo de
pintores como Maruja Mallo o directores como Epstein y Von Stroheim.
LOS
ALEDAÑOS DE LAS VANGUARDIAS A pesar de la
endeblez de la industria cinematográfica española en los años veinte, se
constata la tendencia vaguardista de algunos realizadores como Sabino Micón,
Benito Perojo, Segundo de Chomón, Nemesio Sobrevila o Giménez Caballero. De sus
obras se conserva algún fragmento o vestigio que ilustran el nacimiento y
evolución de una corriente cinematográfica.
ROMÁN GUBERN. Catedrático de Comunicación Audiovisual de la Facultad de
Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona
Román Gubern (Barcelona,
1934) ha trabajado como investigador invitado en el Massachusetts Institute of
Technology y ha sido profesor en la University of Southern California (Los
Angeles) y el California Institute of Technology (Pasadena), director del Instituto
Cervantes en Roma y presidente de la Asociación Española de Historiadores del
Cine. Ahora es Catedrático de
Comunicación Audiovisual de la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la
Universidad Autónoma de Barcelona, de la que ha sido Decano. Es miembro de la
Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la New York Academy of Sciences,
de la American Association for the Advancement of Science y del Comité de Honor
de la International Association for Visual Semiotics. Entre sus libros figuran:
Historia del cine (1969), El lenguaje de los comics (1972), Mensajes icónicos
en la cultura de masas (1974), Literatura de la imagen (1974), Comunicación y
cultura de masas (1977), El simio informatizado (Premio Fundesco, 1987), La
mirada opulenta. Exploración de la iconosfera contemporánea (1987), El discurso
del comic (1988, en colaboración con Luis Gasca), La imagen pornográfica y
otras perversiones ópticas (1989), Melodrama. El placer de llorar (1991), Del
bisonte a la realidad virtual. La escena y el laberinto (1996), Medios icónicos
de masas (1997), El eros electrónico (2000).
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