TRES
MINUTOS
Cuando
se reúnen todos los ingredientes de un buen guión: lucha de contrarios, acción progresiva y torrente de
emociones, la atracción del espectador se alcanza de forma infalible. Pongamos
a los protagonistas entre la vida y la muerte, con un tiempo tasado y un
escenario de “road movie” con principio y fin. Y si la historia está condensada en una secuencia imparable de
apenas tres minutos, se garantiza que será vista, una y otra vez, día tras día,
año tras año, porque crea adicción.
Así
ha sido, es y será la retransmisión de los encierros de San Fermín que reúne
ante el televisor a una legión de
devotos tan apiñada como la de los mozos en el callejón. En la liga del zapping
mundial, la marca España se ha revalorizado en las ultimas semanas con la
eurocopa, con Nadal, Valverde o Alonso que van arañando minutos a la CNN y a
los 24 Horas en distintos idiomas. Pero la secuencia reina, pasada en cada una
de las televisiones del globo, es la que protagonizan los morlacos y los
hombres de blanco y rojo por
Estafeta bajo el ojo atento de las cámaras, que pocas veces tienen a tiro fijo un espectáculo tan breve como
intenso.
Solo
un acontecimiento peninsular tiene hueco seguro en las agendas televisivas del
planeta, marcando a todo un país con las etiquetas de “fiesta”, “toro”,
“locura”…Improvisadores de ilusiones, que decía Cioran de los españoles,
dispuestos a jugársela en unos minutos, para entrar en la lista de los que
presumen de haber corrido la milla mas peligrosa con prueba documental
trasmitida a cada cofín del planeta.
La
emisión se ofrece despojada de todo aditamento y de cualquier narración. La
historia por si misma. Esta pasando, lo están viendo…y sintiendo. Después llega
el comentario, el zoom, la doble pantalla, la cámara lenta, la ampliación
digital….para ir desgranando detalles
que estiran los tres minutos
a toda una hora para descubrir momentos de riesgos ocultos por la prisa.
Los milagros sanfermineros detallados por la cámara. Servir el drama en directo marca el apogeo de la televisión.
AMIGOS PELIGROSOS

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