Ni local, ni nacional, la
fiesta es patrimonio del mundo entero. Ahora es la televisión, y más aún,
internet, quienes propagan el escalofrío de la carrera de sanfermines a los
cuatro confines. En la era Gutemberg, su apóstol mayor fue Ernest Hemingway,
recordado más que nunca si cabe en este cincuentenario de su muerte. Peculiar
carrera la de don Ernesto. Héroe periodístico para los republicanos en la
Guerra Civil, volvió para ser coronado como adalid del toreo. Hoy quizá fuese
declarado persona non grata. Al menos en Cataluña. Pero en definitiva ha
quedado como embajador perenne de un espectáculo sin igual, en el que la vida y
la muerte corren en paralelo, cortejadas por mozos anónimos con la misma
camiseta e idéntico pañuelo. Se esfuerzan ahora las cámaras en buscar el primer
plano cuando el morlaco roza el muslo. Pero el mérito está en el conjunto, en
la carrera de todos, mozos y toros revueltos, amigos o enemigos peligrosos de
tres minutos de vuelo. Quien haya estado dando botes de miedo en Estafeta hasta
que empieza la carrera, entenderá que se culpe al amigo que te llevó a tal
extremo del mejor y el peor momento de tu vida. Se va de la angustia al éxtasis
de haberlo hecho en menos de tres minutos. Un borbotón de adrenalina. Eso no
sale por la televisión.
Acuso a los Sanz y a
los Erviti de turno, que me condujeron al callejón de la tortura para salir
ileso y feliz. A los Leguineche, Garmat y Duffy por compartir la aventura. Como le pasó a Hemingway y testifican sus 'amigos peligrosos'.
Recuerdo ese título de las memorias de su compañero más cercano de correrías en
España, el guionista americano Peter Viertel ('La reina de África'), que acabó
sus días en Marbella, junto a Deborah Kerr. «Me di cuenta, con cierta alarma, que a medida que
madurábamos había un rasgo destructor en su carácter». Quizá Ernest debió
seguir metido en esta carrera anual, llena de todo sentido y de ninguno, para
estar apegado a la vida. Para vivificarse en el rito y fortalecerse en el
esfuerzo. Eso es lo que nos da la carrera; y solo lo verá uno desde dentro si
tiene la suerte de tener unos 'amigos peligrosos' que te cuenten el secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario