¿Harían los mismo Sarkozy o ZP de ganar su representante?. Es mas que dudoso; pero no deja de ser cierto que el acontecimiento mas relevante por el momento de nuestra presidencia europea es el debate en torno a la Merchante y sus “derechos constitucionales” para cantar a Europa. La situación ha puesto en vilo hasta las claves de la reforma de RTVE. ¿Deberá rotarse entre las cadenas privadas la elección de nuestro representante- ayer La Sexta, hoy Telecinco –, puesto que pagarán los gastos operativos de la pública?. ¿Será esta una cortina de humo ante los problemas de Oliart o su prueba de fuego para curtirse en el circo indomable de RTVE?.
Cuando Julio Iglesias probó suerte con Gwendolyne, acabó con el apodo de “El termo” (Tan dentro de mi conservo el calor,…). Ahora el festival se ha convertido en una patata caliente, porque la pública no controla ni la letra, ni la música de la operación, cuya rendimiento no es ya la publicidad que acarreaba su gran audiencia, sino los derechos musicales, la venta del disco y las actuaciones posteriores del interprete. Ahí le duele a Karmele. Lo único claro es que, con la horterada del Chiquilicuatre o el rap de la a tertuliana, seguiremos una vez mas dando la nota en el rapto musical de Europa.