EMILIO SANZ DE SOTO
Escritor y cineasta
Escritor y cineasta
NUESTRO HOMBRE EN TANGER
Era nuestro tangerino de cabecera. Una historia viva y ambulante de una época dorada, la del Tánger Internacional, que Emilio se vio obligado a recordar gustosamente y a contar repetidamente ante el antojo de las nuevas generaciones fascinadas por la ciudad mítica de Bowles y Capote, de Barbara Hutton y Jane Auer.
Era el hijo del director del Banco de España y de la bolsa de la ciudad norteafricana, cuya realidad, enredada en historias de espionaje y negocios fronterizos, superaba a los guiones de “Casablanca” o las novelas a lo “Déjala caer”. Emilio la vivió como nadie de su época. Revoloteó entre las familias cristianas de aquel Tánger multicolor, entre las celebraciones judías y la vistosidad de la morería de la cashba. Todo vio y removió. Jaleaba a los pintores, como Runyan y Pepe Hernadez. Movía el cine club con Pepe Carleton. Se entusiasmaba con la literatura y alababa a su amigo del alma Angel Vazquez, padre de La vida perra de Juanita Narboni.
Colaboró ya en el cine de Buñuel (preparando Viridiana) y sobre todo trabajó como director artístico de Saura (Perppeming Frappé, Stress es tres tres, y muchas mas). Salió quizá por ultima vez en publico, y ya en silla de ruedas, para homenajear a su querida Geraldine Chaplin, en la cena de la medalla de oro de la Academia de Cine. Geraldine era su mujer favorita, como antes lo fue jane Bowles. “Todo en ella se convertía en duda, y la duda le generaba angustia”, decía Emilio sobre la escritora norteamericana, en la película documental “Mapas de agua y arena”, dedicada a la vida nomada de los Bowles. Duda y angustia, entre las que tambien vivió Emilio. Todos le animamos a escribir mas, esos libros y memorias llenos de sabiduría y personajes… pero el prefería recitarlos en tertulia para los amigos, mostrándose como monumento vivo de la memoria de una ciudad irrepetible. El alma de Tánger había habitado para siempre a Emilio, y el nos la hizo soñar para siempre.
EMILIO SANZ DE SOTO.
Sec de "Mapas de agua y arena. Las vidas de Jane y Paul Bowles"
'Todo en ella se convertia en duda y la duda engendraba angustia. Iba yo todos los dias a ver a mis entranables amigas Isabelle e Yvonne Gerofi en la Librerie des Colonnes y al lado habia un cafe que se llamaba Claridge y me encuentro a Jenny descompuesta. "Pero que te pasa Jenny?". Dice: "Emilio, un horror. Creo que he perdido la llave, Paul, como sabes, esta de viaje, yo no puedo entrar en mi casa, no se que hacer. Pero la solucion o no solucion al problema esta aqui, aqui", y me senalaba el bolso, "este bolso tan lleno de problemas." Le dije "Jenny, por que no abres el bolso?". "No puedo, yo no puedo", cosa que entiendo. Entonces le invite a que pasara a Claridge, nos pusimos en una mesa del fondo y cogi el bolso - ah!, le dije al camarero que trajera un papel, un papel de seda- abri el bolso y salio: muchas lentejas, lentejas; un pajaro muerto, un espejo roto y la llave. Jenny cogio la llave entusiamada y una vez que ya tenia la llave consigo me dijo: "pero mira todos estos problemas que tengo que resolver. Tengo que enterrar este pajaro, tirar al mar este maldito espejo roto porque trae
mala pata, y estas lentejas que se me escapan por todos lados meterlas en un saquito." "Bueno, eso se puede arreglar". Efectivamente, llamo al camarero, metimos las lentejas en un saquito, cogimos un taxi, fuimos al puerto, tiramos el espejo roto al mar y, al lado de su casa, en un terreno baldio que habia, hice un boquetito y enterramos al gorrion muerto. Y cuando la despedi en la puerta de su casa, ya con la llave para abrir, lloraba de emocion diciendome: "me has salvado Emilio, tu me has salvado". Esa era Jenny Bowles.
EMILIO SANZ DE SOTO
Adios a nuestra "alma tangerina", al gran contador de historias del Tanger Internacional, y del cine español que se hizo en Hollywoood, y de Bunuel, Saura...
Gracias Emilio por tus fotos de Paul Bowles y Jane Auer, y el resto de los expatriados de lujo en Tanger.
Gracias por aquellos testimonios sobre Jane que revivia con tu voz ante la cámara, en Mapas de agua y arena.
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