6.6.12

TVE, A LA BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO


Por volumen e influencia en el sector, el capitán que marca el rumbo del barco audiovisual español es el presidente, antes director general, de RTVE. Hasta los canales en manos privadas funcionan en base a la estrategia previa que se marque desde Prado del Rey. Asentada esa verdad, solo puede causar perplejidad  que un sector clave para el desarrollo de un país post industrializado, el de los contenidos audiovisuales, haya navegado a la deriva durante mas de un año. La irresponsabilidad de los políticos en esta cuestión, y en otras, es manifiesta. Causa rubor que se haya mantenido, por los antes en el poder y ahora en la oposición, la tesis falsa de que la supuesta independencia (¿política?) del aparato mediático estatal justifica esta navegación a ninguna parte.  La paralización en la toma de decisiones relacionadas con la producción estaba y está hundiendo el sector en un momento en que el país no se puede permitir espera alguna en su dinamización económica. 
Aunque el pasado interese ya poco, la historia dejará en su sitio la inadecuada reforma de los medios de la época ZP, que no hizo sino engordar los gastos de la Corporación al seguir contratando a profesionales y mantener el pasivo del Ente, por eliminar la publicidad sin un seguro de financiación  e incrementando así el gasto público, por abrir el mercado a mas operadores para volver a contraerlo y dejarlo en duopolio, por olvidarse de los consejos del comité de sabios, etc, etc. Valga como señuelo lo de la independencia, tan necesaria, de los medios públicos. Pero está falto de toda verosimilitud. Algún día se descubrirá como este sistema supuestamente tan buenista llevó a dimitir a los dos presidentes consensuados (presentados eso si por el gobierno de turno), como prueba clara y palpable de una formula imperfecta. En la azarosa vida de la RTVE, se marcó otro hito impensable: dejar la casa descabezada, paralizando a la industria. Empieza otra etapa en los medios públicos con un tiempo ya perdido para la producción: la propia, la externa, del cine o la digitalización. España necesita con urgencia enderezar y tomar rumbo claro en el sector, para hacerse fuerte en un mundo que debe dominar: los contenidos audiovisuales y digitales en español. Será nuestra mejor industria anti-crisis.

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ALBANIA SALE DEL MISTERIO.