La historia del Tour de este año es la de una lucha sorda
entre jugadores de poker apalancados en su sillín. Los ases de la bicicleta se
miran de reojo sin sacar sus cartas, en una partida de estrategia, larga y
visualmente aburrida. Las tardes de la gran retransmisión televisiva del año,
con su reto técnico de cuatro horas de directo a través de la campiña francesa,
invita mas a la siesta que al subidón de adrenalina. Mas que carrera es casi una partida de mús, con los hermanos
Schleck haciendose señas, Contador de reservón y Evans jugando por libre. Ningún eventual ganador mueve la
carrera, para disfrute de los franceses que por fin tienen un maillot amarillo
durante varias etapas. Nuestro inefable campeón y comentarista, Perico Delgado,
saca las amenazas de la pájara, el hombre del mazo y otros aguafiestas de la
dura competición, para echarle verbo a la retrasmisión y sacarnos del
aburrimiento. Porque pasar, no pasa nada. Los segundones hacen sus etapas,
mientras el reparto de cartas entre los grandes no acaba de darles el triunfo.
Pasaron sin gloria los Pirineos y todo queda para la contrareloj y la batalla
que se tendrá que desencadenar en los Alpes.
Dicen los teóricos de las audiencias, que cuando la
televisión está moribunda solo revive con altas dosis de violencia. A este Tour
de los miedosos con Contador de fondo, solo le ha salvado como espectáculo el
numero espúreo de los accidentes. Caídas, empujones, abandonos y coches de la
tele envistiendo a corredores. Aún con esos ribetes de tragedia, hay poco
espectáculo para el mundo de la serpiente multicolor, que no acaba de soltar su
veneno. Herido en su alma por la sospecha del dopaje, con los franceses
dedicados al abucheo, el tricampeon
y actual rey de la bicicleta, le ha devuelto las cartas a los
organizadores, dándoles un Tour soso y de baja audiencia. Es la venganza del
héroe herido, que masculla a piñón fijo si dará un arreón en los Alpes o se
mantendrá simplemente a rueda, para demostrar que sin Contador no hay carrera.
Cuando el decida, despertaremos de la siesta.
Y por fin, esta tarde la lió....
No hay comentarios:
Publicar un comentario