25.4.09
CIRCO. El sueño ambulante
Un sueño en la carretera, y una viva realidad bajo de la carpa.
Recuerdo de los días con el Circo de los Raluy, que son familia y te hacen vivir el circo como familia. Vive el circo.
21.4.09
DOCTOR ALCAINE
Tiene la televisión una larga tradición médica, como si así conjurase todos los males que se le achacan al medio. Las batas blancas o verdes se han paseado por el tubo con su receta de éxito en la mano. Para los viejos del lugar traerán grandes recuerdos el Doctor Kildare o Marcus Welby. Se decía que la televisión del franquismo los importaba para espolear las vocaciones ante la necesidad de aumentar los cuadros hospitalarios en la España de los sesenta y setenta. Tampoco en la actualidad nos privamos de los especialistas foráneos, como el Doctor House o los de ER-Urgencias. Pero el desarrollo de la medicina y de la televisión propias nos trajeron desde Médico de Familia al actual Doctor Mateo. Apenas una década separan estos dos éxitos, cuyas diferencias por otro lado son notables. Comedia de situación la primera y verdadera serie de ficción la que acaba de terminar en Asturias su tanda inicial de trece capítulos , son muestras del desarrollo de la ficción nacional. Entre una y otra comprobamos como un elemento del que se habla poco, los valores de producción, se han trasformado ampliamente.
Doctor Mateo se asienta sobre un casting de lujo (Gonzalo de Castro, Natalia Verbeke, Maria Estévez), pero sobre todo en un diseño de producción en el que el valor de la imagen no es residual. Hemos pasado de la telecomedia de situación en estudio con iluminación general, a localizaciones in situ y una fotografía destacada. El ojo de cristal del director de fotografía José Luis Alcaine, maestro de la luz, levanta esta producción a unos niveles de calidad poco habituales en nuestras ficciones televisivas. Operador en algunas de nuestras joyas cinematográficas, Alcaine no solo retrata con maestría el paisaje asturiano, con verdes y veredas, sino que da a las caras de los actores y a los ambientes interiores en los que se mueven una luz de pintor que les hace verdad. Hablamos mucho del guión, de los actores, hasta de los directores, y se nos olvida que en la apuesta del productor por los medios y el equipo técnico está la medida de la calidad y el éxito.
Doctor Mateo se asienta sobre un casting de lujo (Gonzalo de Castro, Natalia Verbeke, Maria Estévez), pero sobre todo en un diseño de producción en el que el valor de la imagen no es residual. Hemos pasado de la telecomedia de situación en estudio con iluminación general, a localizaciones in situ y una fotografía destacada. El ojo de cristal del director de fotografía José Luis Alcaine, maestro de la luz, levanta esta producción a unos niveles de calidad poco habituales en nuestras ficciones televisivas. Operador en algunas de nuestras joyas cinematográficas, Alcaine no solo retrata con maestría el paisaje asturiano, con verdes y veredas, sino que da a las caras de los actores y a los ambientes interiores en los que se mueven una luz de pintor que les hace verdad. Hablamos mucho del guión, de los actores, hasta de los directores, y se nos olvida que en la apuesta del productor por los medios y el equipo técnico está la medida de la calidad y el éxito.
14.4.09
TRIUNFO
14 abril 2009
Nació el 2 de febrero de 1946 como revsta cinematagráfica para terminar convertida en la enciclopedia semanal del antifranquismo cultural, "en el límite del posibilismo crítico a la dictadura (MV Montalbán). Tres meses despues de la llegada del PSOE al poder cerró.
Hoy se han reunido algunos de los que la escribian y la leian en busca de una nostalgia activa, creando la Asociacion de Amigos de Triunfo.
Alli estaban Ezcurra, Marquez Reviriego, Garcia de Dueñas, Diego Galán, Saltés, Juan Criz, Alvaro Pombo, Ramiro Cristobal, Mtnez Lainez...
Y tantos podemos decir con Marcos Peña que "Triunfo fue en mi juventud como el Capitán Trueno en mi infancia"
7.4.09
TELECINE... ESPAÑOL
Convertido en un blanco fácil de críticas, a menudo tan descaminadas como injustas, el cine español se vio acorralado con la disminución de recaudación en taquilla el pasado año. Pero como ave fénix en solo un mes ha levantado vuelo, gracias a un inesperado giro de guión. No solo han sido los oscarizados Almodóvar y Penélope los que han enderezado el rumbo, lo que era previsible. Ha sido gracias al taquillazo de la comedia juvenil “Mentiras y gordas” con la que de verdad ha sacado pecho en medio de la tormenta.
Nunca se sabe donde acecha el fracaso, y menos cuando llega el éxito. No era esperado este sobresalto, pero los ingredientes que lo confirman estaban en una línea prometedora. Un productor experimentado, que ya lideró la taquilla española el año pasado, Gerardo Herrero. Un guión supervisado por una de nuestras maestras nacionales, Angeles Gonzalez-Sinde. Unos directores, Albacete y Menkes, que ya han demostrado oficio en temas actuales de pegada. Y a los que se debe una frase de gloria sobre el problema que nos ocupa: “El cine español no es un genero”.
Esta comedia juvenil, dirigida al público que si va a las salas, entronca con aquellos bombazos en otras décadas como “Amo tu cama rica” o “Las historias del Kronen”. Pero quizá el ingrediente fundamental que nos falta por citar es el omnipresente en el cartel de la película: las caras del reparto que no son otras que las que triunfan en las series de ficción de la pequeña pantalla. Hace unos año en un debate en el que los viejos del lugar seguían culpando a Hollywood y su maquinaria invasora de todos los males del cine español, me atreví a sacar la tesis de que en la tele ocurría al revés. Lo americano estaba en retroceso y las series made in Spain triunfaban. Esta película con todos los ingredientes citados aprovecha sobre todo el star system de la tele. Europa se han refugiado en el cine autor para venderse, mientras América siempre ha tirado de sus estrellas. Vemos ahora que nuestras estrellas no empiezan a brillar en la pantalla grande, sino que se fraguan a través de la televisión.
2.4.09
HUMO DE MARIA...
La droga en pantalla siempre crea adicción en la audiencia. El reportaje de “21 días” dedicado a al cannabis provocó un subidón de share para Cuatro desconocido para la cadena en el segundo prime time.
La fruta prohibida genera curiosidad. Incluso morbo, como en este caso en el que la conductora del programa hace de conejillo de indias para probar la sustancia y contarnos sus efectos.
La vieja doctrina del periodismo anclada en la objetividad y el distanciamiento de la situación son el envés de este otro tipo de historia en el que el profesional es el protagonista y sobre el que recae el peso de la prueba. Aunque por otras razones y con otros métodos, estamos mas cerca de aquel “nuevo periodismo” de Tom Wolfe o Gay Talese, al que casi le cuesta el matrimonio su estudio en profundidad de los prostíbulos. Para contar una historia hay que estar dentro de ella, vivirla en el propio cuerpo. Por eso, la reportera tiene que inhalar 21 días el perfumado humo del porro. Mareo, dolor de cabeza, pérdida de atención, vómitos,…el rosario de efectos perniciosos fue la tesis que nuestra enviada especial al mundo la droga blanda puso sobre la pantalla. Por contraste sus entrevistados hablaban, y sentían, maravillas sobre la sustancia. Una especie de contrapeso expositivo, aunque con una última historia, de los redimidos del enganche a la maría, que abogaban claramente por aborrecerla y hasta no legalizarla. Tesis final aparte, este viaje guiado a la droga efectivamente engancha. La personalización es un aliciente narrativo.
Se inscribe la historia en esta nueva tendencia del reportaje ligero y de escasas calidades de producción (Callejeros, Comando Actualidad, …) Su lógica de trabajo está en los bajos presupuestos, el interés por los temas de calle en tiempos de crisis y la ligereza y ductilidad de los nuevos equipos de grabación. El documental y el reportaje, que fueron desalojados hace años del prime time, han regresado con energía como uno de los frutos positivos de la crisis.
La fruta prohibida genera curiosidad. Incluso morbo, como en este caso en el que la conductora del programa hace de conejillo de indias para probar la sustancia y contarnos sus efectos.
La vieja doctrina del periodismo anclada en la objetividad y el distanciamiento de la situación son el envés de este otro tipo de historia en el que el profesional es el protagonista y sobre el que recae el peso de la prueba. Aunque por otras razones y con otros métodos, estamos mas cerca de aquel “nuevo periodismo” de Tom Wolfe o Gay Talese, al que casi le cuesta el matrimonio su estudio en profundidad de los prostíbulos. Para contar una historia hay que estar dentro de ella, vivirla en el propio cuerpo. Por eso, la reportera tiene que inhalar 21 días el perfumado humo del porro. Mareo, dolor de cabeza, pérdida de atención, vómitos,…el rosario de efectos perniciosos fue la tesis que nuestra enviada especial al mundo la droga blanda puso sobre la pantalla. Por contraste sus entrevistados hablaban, y sentían, maravillas sobre la sustancia. Una especie de contrapeso expositivo, aunque con una última historia, de los redimidos del enganche a la maría, que abogaban claramente por aborrecerla y hasta no legalizarla. Tesis final aparte, este viaje guiado a la droga efectivamente engancha. La personalización es un aliciente narrativo.
Se inscribe la historia en esta nueva tendencia del reportaje ligero y de escasas calidades de producción (Callejeros, Comando Actualidad, …) Su lógica de trabajo está en los bajos presupuestos, el interés por los temas de calle en tiempos de crisis y la ligereza y ductilidad de los nuevos equipos de grabación. El documental y el reportaje, que fueron desalojados hace años del prime time, han regresado con energía como uno de los frutos positivos de la crisis.
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