Las hormigas no recorren en ocasiones el camino mas
corto para llegar a su objetivo. Mandan embajadoras a testar la situación y se
dejan guiar por sus feromonas, sorteando así los imprevistos. Gracias a estas
observaciones, los diseñadores de la red han mejorado los sistemas de trafico
de mensajes para descongestionar las rutas y ser mas eficaces. He visto esta
realidad con mis propios ojos gracias a esos documentales de naturaleza que,
mas allá de servir para buenas siestas, se demuestran mas profundos y
reveladores que los libros de texto del bachiller. Fueron los videos de animales de Sir Richard Attenboroug
para la BBC los que inspiraron a una de las mas brillantes directoras y
productoras griegas del momento, Athina Rachel Tsangari, para hacer un guión de
ida y vuelta entre las costumbres de los “animales de la tele” y sus personajes
de película. El resultado ha sido Attenberg (película inaugural de la Mostra de Films de Donas de Barcelona y estrenada en el festival de Sevilla), en la que los misterios del
despertar de la sexualidad y los
ritos de paso entre padres e hijos son los elementos de un guión cautivador,
aderezado por la música de los sesenta de Françoise Hardy. Athina es el nombre clave del nuevo
cine griego salido de la crisis. Ha estado implicada tambien en Canino (otra
sorprendente película que liga comportamiento humano/animal en cautividad, que fue finalista al Oscar), y en Alpes, ambas dirigidas por Yorgos Lanthimos. Es un lugar
común afirmar que las crisis alientan la creatividad, y en el caso griego y el
de su cine es una clara realidad. Al fin y al cabo fueron los que se inventaron
nuestro mundo occidental de la manera en la que lo estructuramos y pensamos, lo
narramos y los soñamos. Nos pusieron en la vía de lo aristotélico y nos enseñaron
que la verdad no está en el objetivo sino en el camino. En el verbo clásico de
La Odisea y en el contemporáneo de Kavafis. “Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje
sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias”. Ahora nos lo cuentan, abriéndonos los ojos,
en las películas griegas.
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