¿Quien debate?

Entre las imágenes que han quedado para la historia de la televisión española, ahora accesible en Youtube, está la del dramaturgo pánico Fernando Arrabal  en estado excesivamente chisposo, liándola entre los contertulios intelectuales de aquel espacio titulado La Noche. Detrás de la anécdota queda lo importante: la existencia de tertulias que nos permitían ver debates de alto nivel entre cabezas bien armadas a una hora en la que la conversación  es un gran formato televisivo. Desde hace ya demasiados años, las tertulias han desaparecido del televisor, o están monopolizadas por políticos y periodistas. Las mentes mas claras o mas complejas de la sociedad civil brillan por su ausencia en el medio. Solo se da cancha a políticos en permanente campaña y a periodistas mas o menos atrincherados, cuyas tesis sobre la situación damos por descontadas de antemano. Por no haber, ya no hay como antaño debates entre políticos de distintos partidos, quedando todo en un monologo que ha conducido a un país ora plano, ora crispado. La conversación a varias bandas  es un gran formato para la noche y la madrugada, de la misma manera que en el mundo anglosajón prima a ultima hora el llamado “talk show”. Es una hora para otro ritmo televisivo, en el que la candencia de las palabras se asimila mejor. En nuestra comercializada televisión, ese hueco se lo queda la teletienda o el juego de poker. Parece que el dialogo fue cosa de otro tiempo: El de La clave de Balbín, tan recuperable, o el de La Noche de la era Pilar Miró. El monopolio de visiones sobre la realidad española es de los políticos, que dominan telediarios, programas de entrevistas o tertulias. Todo para ellos, sin que las cabezas floridas del arte, la literatura, la ciencia o incluso la empresa aporten sus visiones al debate sobre este país atacado de crisis. No se les ve a los intelectuales  en la tele, que hoy es el medio para dar a algo o alguien certificado de naturaleza. ¿Donde están nuestros intelectuales?. Alguien me dice con sorna, que están viendo el partido; el partido de fútbol, claro está.