THE ROAD
Director de Fotografía
JAVIER AGUIRRESAROBE
Director de Fotografía
JAVIER AGUIRRESAROBE
DESOLACION Y PODER
Un paraje desolador. Empieza a faltar de todo. Grupos de desocupados están al acecho para conseguir lo que sea y como sea. Las nubes son densas, el mundo se ha hecho oscuro y no se ve luz al final del camino. ¿Una visión metafórica de la crisis?. Podría serlo. En realidad es el mundo después de la catástrofe, descrito por el novelista Cormac McCarthy y hecho cine por el ojo magistral de Javier Aguirresarobe que sabe pintar con la cámara en claroscuro. Este vasco de Eibar ha dirigido la fotografía de la película The road/La carretera, que llega a nuestras pantallas en tan oportuno, o inoportuno momento, en el que las realidades y las metáforas sobre la zozobra social se hacen tan hirientes.
Visto el panorama, en pocas semanas como esta se ha prodigado tanto el poder para proyectar una imagen solvente y activa en la televisión (un día en Davos, otro en Washington y foto finish económica en Moncloa ), y por contra ha sido tan escasa la receptividad de la audiencia a tenor del desplome en las encuestas. Los gurús del marketing político prometen recetas para todo. Desde un buen escenario al que aupar al líder, a un excepcional compañero de foto, sin olvidar una pieza de oratoria arrebatadora. Se prepara, se desarrolla, se edita y transmite por radios y televisiones. El mensaje edulcorado y bien actuado masajea a la audiencia y el milagro de la persuasión se habrá consumado. Acostumbrados a la política mediática, el entramado de medios y mensajes se viene utilizando para mantener la comunión de la audiencia con el líder. Pero cuando el fulgor del mensaje no encaja con la cruda realidad, la promesa marketiniania cae como castillo de naipes.
Hay maestros de la luz como Aguirresarobe, al que le dan una paleta sin colores y sabe sacar luz de las tinieblas, saliendo victorioso de tan arriesgado trabajo cinematográfico como el de La carretera. En el arte de la política, se dice que siempre queda un conejo mas para sacar de la chistera. Pero hay ocasiones en que la ausencia de color es tan notoria que es difícil prometer un arco iris donde solo vemos nubes de tormenta.
Visto el panorama, en pocas semanas como esta se ha prodigado tanto el poder para proyectar una imagen solvente y activa en la televisión (un día en Davos, otro en Washington y foto finish económica en Moncloa ), y por contra ha sido tan escasa la receptividad de la audiencia a tenor del desplome en las encuestas. Los gurús del marketing político prometen recetas para todo. Desde un buen escenario al que aupar al líder, a un excepcional compañero de foto, sin olvidar una pieza de oratoria arrebatadora. Se prepara, se desarrolla, se edita y transmite por radios y televisiones. El mensaje edulcorado y bien actuado masajea a la audiencia y el milagro de la persuasión se habrá consumado. Acostumbrados a la política mediática, el entramado de medios y mensajes se viene utilizando para mantener la comunión de la audiencia con el líder. Pero cuando el fulgor del mensaje no encaja con la cruda realidad, la promesa marketiniania cae como castillo de naipes.
Hay maestros de la luz como Aguirresarobe, al que le dan una paleta sin colores y sabe sacar luz de las tinieblas, saliendo victorioso de tan arriesgado trabajo cinematográfico como el de La carretera. En el arte de la política, se dice que siempre queda un conejo mas para sacar de la chistera. Pero hay ocasiones en que la ausencia de color es tan notoria que es difícil prometer un arco iris donde solo vemos nubes de tormenta.
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