27.11.13

KENNEDY 50. VISIONES DEL MITO


VISIONES DEL MITO
Javier Martín-Domínguez


Dejamos de ver a Kennedy aquel malogrado día del tiroteo en Dallas hace cincuenta años, para ya no dejar de mirarlo nunca mas. Cuando ver la televisión era todavía mayormente una experiencia comunitaria,  mirábamos absortos aquel blanco y negro luctuoso que rememoramos ahora en una nueva dimensión digital y globalizada de verdad. Sin entender entonces la trascendencia, contemplábamos aquella historia todos juntos ante el televisor de un pueblo de Castilla en los salones del Ayuntamiento. Para los niños había quedado prendido en nuestras mentes un nombre y un hombre, John Fitzgerald Kennedy, que los medios entronizaban el día de su muerte en la Historia con dimensión de mito. Junto a la llegada del hombre a la luna, América nos colocaba en otra dimensión gracias a las incipientes comunicaciones intercontinentales con imagen que dan a la realidad un sentido de historia compartida. De viaje por los Estados Unidos cincuenta años después, he vuelto a sentir esa comunión de ciudadanos enganchados al televisor en zonas comunes, como en el aeropuerto JFK de Nueva York, con las pantallas vomitando una y otra vez aquella escena del magnicidio. Aparecen comentaristas varios, se desgranan las teorías de insospechadas conspiraciones, se atisba como hubiese sido el mundo si la bala no hubiese alcanzado el objetivo, y tantas cosas mas. Pero el resultado final es una galería del hombre-presidente elevado a categoría de mito en sus fotos, pletórico de vida y siempre en acción.  De la pantalla única, comunitaria y en blanco y negro de la España de los sesenta, hemos pasado al mundo multipantalla con el don de la ubicuidad. Pero siempre todos, aquí y acullá,  mirando al héroe segado. El sueño de un mundo kennedyano dejo aparte  cualquier sombra para convertirse en un poema comunitario a la esperanza. Estados Unidos se ha visto plagado de nuevos libros, emisiones de documentales, mini-series, números especiales de revistas…dedicados a su soñado príncipe de Camelot. El mito ha traspasado ya las generaciones, y la memorabilia lo sigue agrandando con el tiempo.


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ALBANIA SALE DEL MISTERIO.