28.12.18

COMIC vs. CINE. Las mutaciones de Spiderman y…de Kapuscinski.





LA BUENA IMAGEN,  por  MARTÍN DOMINGUEZ

COMIC vs. CINE. Las mutaciones de Spiderman y…de Kapuscinski.

La evolución de los metalenguajes del universo digital está haciendo cierto el axioma de que la intensificación de las cualidades de un medio, exprimido  hasta sus limites, terminan revirtiendo en la segunda vida de un medio previo.  Ahora que podríamos utilizar la videoconferencia entre móviles inteligentes, le damos mayormente al wasap potenciando la vieja escritura. Cuando habíamos sepultado las cartas, revitalizamos mas y mas el teclado de ordenadores y móviles. 

Por eso no extraña que en la nueva entrega de Spiderman la base del tratamiento de imagen esté basada en la estética del comic, justo ahora que los héroes de Marvel han elevado a la enésima potencia las secuencias de acción inverosímiles, en Infinity Wars. 
De la misma manera que ahora que el periodismo agoniza se hace una película en honor del maestro polaco de nombre imposible y para contar la verdad del oficio se hace a través de la animación.

Lo único cierto hoy es que vivimos en una base digital. Pero los lenguajes que la construyen son variados, se entrelazan y superponen, recurriendo el autor a metalenguajes que superan los medios y las gramáticas al uso.
El comic vivió siempre con el anhelo de ir mas allá de las dos dimensiones y de tener que comerse pasos de tiempo. El cine era en cambio la expresión total. Secuencias mas activas, realistas y sin tiempo condensado.
El nuevo Spiderman ha evolucionado, recreado el metalenguaje del comic y creado una nueva estructura temporal, que desafiaría al propia Einstein, varias veces citado en el guión. El comic y el cine casan lo mejor de sus metalenguajes, se intercambian guiños y posibilidades, dentro de un estética que suma los colores psicodélicos y el pop-art, enhebrada con animaciones que tiran de las posibilidades de los fractales. Nunca el comic llego tan lejos, ni el cine supo mutarse hacia atrás para dar otro salto hacia delante. Dos horas de requiebros de animación que hacen de esta araña una mutante transfigurada, para abrir la vía expresiva del entretenimiento dibujado y subirla a nuevas cimas. 
Si Spiderman se ha transfigurado en la magia de la expresividad digital en esta entrega llamada claramente “Un nuevo universo”, nuestro colega Kapuscinski se hace dibujo para reconocer al periodista que se esconde tras la firma y al periodista que antepone el compromiso a la ética de contar sin ocultar lo que pasa. Complicados requiebros en la historia condensada en “Un dia mas con vida”, que nos hace ver que ni el periodismo no obedece a una sola teoría, Ni tampoco la animación, ni el cine, ni nada….en el nuevo mundo digital.


25.12.18

UN DISCURSO REAL

LA BUENA IMAGEN,   por MARTÍN DOMINGUEZ


SOLO LA CORONA SE MUEVE


--Colocarle al rey como prólogo de su adusto discurso unos “efectos especiales” demodés contaminan de antigüedad su mensaje antes incluso de empezar.




La Buena Imagen: SOLO LA CORONA SE MUEVE, por MD
--Colocarle al Rey como prólogo de su adusto discurso unos “efectos especiales” demodés contaminan de antigüedad su mensaje antes incluso de empezar.

El rito asienta las culturas, pero sin duda las alimenta de aburrimiento por su consustancial repetición. Eso le pasa a las fiestas de cualquier tipo, que presas de sus reglas acaban por mortificar a sus participantes. Solo las pequeñas variantes, fruto de la inventiva o de un descuido o cualquier perversión, animan el paso del rito haciéndole un poco mas llevadero. Es lo que pasa con las noches televisivas de la Navidad o del fin de año, que siguen colgadas del año anterior y del anterior y del anterior; y a pesar de sus colores chillones o su confeti acaban aburriendo al espectador.
Para empezar la noche televisiva nos ponen el mensaje del Rey, cuyo contenido si cambia, pero que se inicia con unos efectos especiales sobre el escudo de España que se han quedado en aquel arte del video de los años ochenta, muy lejos de la actual versatilidad digital que facilitan nuevas soluciones gráficas casi ilimitadas,
Colocarle al Rey como prólogo de su adusto discurso unos “efectos especiales” demodés contaminan de antigüedad su mensaje antes incluso de empezar. O también podría pensarse que, en la mcluhiana simbiosis de medio y mensaje, lo que se nos querría proponer- tan subliminalmente…-es que nada cambia; ni en la televisión publica, ni en la corona. El único cambio perceptible fue la introducción durante el discurso de un travelling lateral, en lugar del viejo recurso al zoom, que murió como deberían haber muerto ya los afectos pre-digitales de la careta televisiva. Solo la corona se mueve….un poco.
A este preludio con tufo añejo, le siguió un aroma a tanta nostalgia, que hacia imposible despertar el interés por una Telepasión que no sabe ni siquiera buscar nuevos hits musicales mas allá de los tiempos de Karina. La pública se ha dormida en la rutina televisiva y su única añoranza parece el lalala, ya sea de Massiel o de Serrat (aquella versión tan grisácea y años enlatada, rodada en el parking de Prado del Rey), pero siempre sesentero. Esta claro que la mejor televisión es la que se hizo ayer, porque ya no se ha sabido hacer otra. Pero imitarla tarde y mal produce este vértigo de confundir nostalgia con antigüedad. Despues de Pilar Miro, el Prado se convirtió en páramo. Ya no queda creatividad, ni ganas de montar un (buen) Belempor
Navidad. El invento de Javier Caballé, fallecido este año, y al que no le quedó el copyright, se ha quedado entumecido. Repetirse es un rito, que solo conduce al aburrimiento.

ALBANIA SALE DEL MISTERIO.