HABLAR POR HABLAR
Javier Martín-Domínguez
Causar un revuelo mediático se podría encuadrar entre las
bellas artes (o malas artes) de la comunicación. Hay que saber que piedra se
tira al agua, y cómo se lanza para
causar la mayor onda expansiva. Hemos visto esta semana salir a la palestra a
los últimos presidentes, con fortuna desigual a la hora de colocar sus
mensajes. Mientras Áznar conseguía desatar un verdadero tsunami a través de la
televisión, Zapatero optaba por conversar en radio con Luís del Olmo dejando
fría a la audiencia. La primera
clave es si el que quiere ser protagonista está de antemano en el candelero de
la actualidad, concepto que en política siempre es difícil de aquilatar ¿Es mas
actual la deriva económica o los recuerdos de un álbum de boda? Aquí entramos
en el problema de lo concreto y de lo intangible en el campo de las imágenes.
Si no tienes con qué ilustrar una historia en televisión, tu batalla está
perdida. La crisis económica se fija con los gráficos de la prima de riesgo que
de tanto verlos se están haciendo invisibles. Pero el paseíllo de la boda de El
Escorial aguanta tantos pases como Lo que el viento se llevó. La política ya no es como antaño cuestión de
palabras. En tiempos el peso residía en el discurso. Ahora es fundamental el
gesto trasmitido por televisión. Hasta en las sobreabundantes tertulias
televisivas, el discurso del comentarista se basa mas en el énfasis que en la
literalidad. Por eso sobreactúan tanto los tertulianos, sabedores de que el
discurso plano no engancha y les conduciría a no volver a ser convocados al
nuevo ruedo mediático. Por si
faltaba alguien en la foto nos encontramos como protagonista del día en El
Hormiguero al veterano de todas las batallas, el incombustible Alfonso Guerra.
Un rendido amante de la música clásica, de la literatura y el teatro, el otrora
vicepresidente sabe bien que lo único que vende- o les vende –es la televisión.
Hoy hasta escribir un libro es una
mera excusa para que te saquen por el tubo de la abundancia. ¿Qué pasaría si nos diésemos una tregua
y eliminásemos a los políticos de la televisión?
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